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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Amparo Iribas
THERESA DE LISIEUX
31 octubre 2012
Yo soy Theresa de Lisieux y les envío todo el Amor y la Luz que 
somos. Lo que tendría que decirles se inscribe en la continuación de mis dos 
últimas intervenciones y, desde luego, en la continuación de lo que les ha dicho 
mi Hermana Estrella GEMA (ndr: GEMA GALGANI). Mis palabras serán mucho más 
cortas que las suyas, porque serán llevadas, a ustedes y en ustedes, de ahora en 
adelante, por nuestra Comunión de Amor. Vivamos pues, juntos, ese momento de 
Amor y de Comunión.
… Compartimos el Don de la gracia…
Voy pues a hablarles, en este estado de Comunión, con ustedes, de lo 
que representa darse al Amor. Darse al Amor, es vivir la Alegría y este Goce 
Interior permanente que hace que todo lo que es las ocupaciones de nuestra vida 
cotidiana, sobre la Tierra, cuando estamos allí, se viva en el mismo estado, en 
el mismo humor. Darse al Amor, es, en algún lugar, darse a sí mismo para, 
finalmente Abandonarse. Es volverse insignificante para ser Todo. Es desaparecer 
de la persona, siendo una persona, para aparecer en su propia Eternidad. Lo que 
somos es Amor, como decía mi Hermana GEMA, y darse al Amor, es una forma de 
reciprocidad. Es reconocer el Amor en todas partes, incluso más allá de las 
apariencias más funestas. Los remito para eso a lo que he podido escribir, muy 
joven, cuando decidía orar (eran mis palabras) y ocuparme de un cierto número de 
prisioneros que habían realizado malas acciones, porque yo pensaba sinceramente 
que esos seres tenían quizá la mayor necesidad de Amor. No de una ayuda, en el 
sentido como se podría entender, a nivel humano, pero sí de mi estado de Amor, 
en plegaria, para ellos.
Darse al Amor, es eso. Es aceptar y reconocer que todo Hermano o 
Hermana que, aparentemente, no está en el Amor, se ha perdido a sí mismo, no se 
reconoce en el Amor y pone tal oposición que la única solución, es justamente el 
Amor. Cuando ustedes aceptan ver las cosas así (porque son así), entonces, lo 
que ustedes Son se revela a ustedes y, en ese momento, ustedes se dan, a la vez, 
a sí mismos, al Amor y al otro, cualquiera sea, incluso y sobre todo si les es 
desconocido. Porque orar para sus amigos o sus allegados es muy fácil y estar en 
Amor para el que les parece estar en oposición al Amor y a ustedes mismos, es 
más, quizá, digno de Amor. Porque, recuerden que, incluso todavía, hoy, antes 
del movimiento colectivo de la Luz, estamos todos ciegos y amputados de lo que 
nosotros Somos verdaderamente y que Amar más allá de las apariencias, es también 
Amar más allá de los conflictos o de los resentimientos. Y es Amar toda vida. Es 
amar incluso al Hermano cuyas creencias y el comportamiento está en el lado 
opuesto del Amor, en apariencia, porque si él es así, es que no se ha 
encontrado, sencillamente. Cuando acepten eso y hagan la experiencia, entonces 
toda vuestra vida es cambiada. El movimiento colectivo de Amor que viene, los 
hará realizar esto. Les dará a ver más allá de las apariencias, más allá de todo 
lo que puedan clasificar, en función de la inteligencia humana limitada, como de 
las circunstancias y lo que dan a ver los sentidos o las ideas.
Darse al Amor les permite evitar todos los escollos del juicio, todos 
los escollos de la condenación, y les permite evitar, sobre todo, no pensar más 
en vuestro interés propio. En resumen, darse al Amor, es dar el Amor, para un 
ilustre desconocido, sin ninguna voluntad, simplemente porque sabemos que es su 
naturaleza (tanto de la Tierra como de este desconocido), eso nos pone en Amor y 
así pues nos hace Vibrar el Amor. Porque es un Amor que, justamente, es 
gratuito: no apunta a compensar lo que sea, no apunta a reparar y sobre todo, es 
un Amor que no está inscrito en ninguna condición. Es un Amor totalmente 
gratuito. Es el verdadero Don al Amor. Así, Amar al que se lo puede considerar 
como su peor enemigo, nos hace comprender y vivir que en definitiva, no hay 
mejor amigo, para el Amor, que nuestro mejor enemigo. Porque cualquiera sea lo 
que vivamos con él (y yo he podido testimoniar, en mi diario, cuando estaba en 
el Carmelo, ciertas situaciones que vivía como muy difíciles y que, si estaba 
obligada a mi condición humana sola, me habrían hecho reaccionar o detestar tal 
persona), eso no podía ser porque yo había decidido que el Cristo y el Amor 
estarían presentes, del mismo modo, en cada Hermano, en cada Hermana, me hiciera 
lo que me hiciera y me dijera lo que me dijera. Eso me permitió, efectivamente, 
verificar ese Don de Amor y ver que todas las fuerzas estaban ahí y que la Única 
Verdad y Único Poder, real, se situaban solamente a ese nivel. Y en las 
circunstancias colectivas ahora, de ahí donde ustedes están, es eso que va a 
hacer falta encontrar. Porque, si ustedes son Transparentes, si aceptan 
desaparecer para ser, en totalidad, ustedes mismos, no tienen nada que apartar, 
no tienen nada que limitar, en ustedes como para cualquier otro. Y si ustedes 
aman, en ese momento, verán bien, por ustedes mismos, que se vuelve entonces muy 
fácil extraerse del juicio, extraerse de la categorización, o de imponer un 
límite a quien sea o a lo que sea.
Darse al Amor, es así. Es no enviar amor a cualquiera esperando 
mejorarlo. Es simplemente darse a él, porque ustedes reconocen, en él, lo que 
ustedes Son, más allá de la edad, más allá de las acciones, más allá de toda 
apariencia. Y durante este período, es la mejor manera, la única, de encontrarse 
ustedes mismos, totalmente, y de pasar de un estado, de una experiencia (incluso 
las más importantes), a volverse esta experiencia, no más como una experiencia 
sino como un estado permanente que es permitido por este momento colectivo de 
Luz. Si ustedes realizan este Don de Amor, la Humildad, la Simplicidad, la 
Transparencia, les aparecerán cada vez más claramente como la única Vía válida y 
sobre todo la única Verdad. Saldrán de toda proyección de Amor y se volverán, 
realmente, lo que Son y que Somos, todos, porque el Amor no puede ser más que un 
Don: no puede ser guardado para sí. Es en este sentido que los Ancianos, los 
Arcángeles, les han hablado del Abandono del Sí, no como un rechazo, no como 
algo a estigmatizar o a condenar, sino más bien la realización de vuestra 
naturaleza profunda. Porque mientras estén afectados a este cuerpo, a esta vida, 
a este efímero, el Amor no puede tocarlos, en totalidad. Podrá expresarse, a 
través de ustedes, en lo que construyen, en el afecto que llevan o que les lleva 
un allegado, pero eso no son más que las contrapartidas muy débiles de lo que se 
realiza cuando ustedes dan el Amor. Y ese Don de Amor no es ni coyuntural, ni la 
expresión de una voluntad de Amor (que no querría decir nada) sino es, reconocer 
la naturaleza del Ser que Somos. Es aceptar que estamos, cuando estamos 
encarnados, en algo que, por muchos lados, nos aleja de esta Luz y de este Amor 
y que, sin embargo, nosotros somos. Entonces, dar el Amor, es suprimir todos los 
límites. Darse al Amor, es poner fin a todas las limitaciones, a todos los 
marcos. Es entrar, sin dificultad, en la Eternidad, incluso a la superficie de 
este mundo todavía presente. Es la mejor manera de rendirse a la evidencia, 
aceptar, como yo lo decía, de “no ser nada más, para ser Todo”, “de ser el más 
pequeño”, como les decía Uno de los Ancianos, el Maestro PHILIPPE. Hay, en 
efecto (es una imagen), un principio de vasos comunicantes. Ese principio de 
vasos comunicantes hace que, real y concretamente, mientras ustedes crean ser 
algo, mientras crean ser alguien y solamente alguien, el Reino de los Cielos les 
está cerrado y la Verdad del Amor que ustedes Son no les aparece, porque la 
Conciencia está ocupada en otra cosa que el Amor. Todo ha sido hecho, en este 
mundo, lo saben, para ocupar la conciencia en otra cosa que el Amor. Darse al 
Amor, es no proyectar nada más. Es instalarse, totalmente, en el Instante 
Presente de lo que ustedes hacen, en este acto de Don al Amor. Ustedes se 
reconocen y es reconociéndose, verdadera y totalmente, que el peso de lo 
efímero, del sufrimiento, y el peso de vuestra vida, desaparece totalmente. Y 
las condiciones de este mundo son muy exactamente esas, con una forma de 
evidencia cada vez más clara para todo el mundo. Nosotros les hemos dicho a 
menudo que es en los momentos difíciles que el ser humano encuentra los recursos 
para encontrarse.
Darse al Amor es el medio de encontrarse rápidamente con el fin de no 
ser más afectado por lo que se opone al Amor, por el miedo, en ustedes, como en 
todos lados. Todo eso está ya inscrito, en cada uno de nosotros, en lo más 
profundo de nosotros. Hay este Amor que está ahí y que no vemos necesariamente 
porque el miedo lo ha enmascarado, porque los sufrimientos nos lo han ocultado. 
Pero si se olvida de sí mismo (como cuerpo o persona que sufre, cuerpo o persona 
que es herido o que ha sido herido), si se acepta, de algún modo, superar esos 
límites, entonces el Amor se vuelve claro y la mejor manera de realizarlo, es 
darse al Amor sin hacerse preguntas, sin buscar una explicación o una lógica. 
Porque la lógica obedece a la razón y a las reglas de este mundo. Pero la lógica 
del Amor no es la lógica misma. Darse al Amor, es penetrar la Unidad, de manera 
más intensa. Es sobre todo ser aliviado de todo peso, de todo sufrimiento. Es 
ver la Verdad enfrente, no estar más sometido a las apariencias, aceptando esas 
apariencias. El Regreso de la Luz, en esta fase, es un proceso que puedo nombrar 
místico, porque es la mística pura a la que no le importa en nada vuestra vida, 
en estas circunstancias, que no le importa nada de lo que ha trazado el hombre, 
como marco, como límite, debido a su insuficiencia de reconocimiento de 
Amor.
Darse al Amor, está mucho más allá de la Confianza, o de la 
Esperanza, o de toda creencia. Es un acto, real y sincero, que se vuelve 
perceptible y se volverá cada vez más perceptible en la conciencia, porque 
dándose al Amor, hay Ligereza y hay sobre todo la Claridad y la Profundidad. 
Resistir al Amor, es el sufrimiento y la carencia. Es interrogarse, es buscarse, 
sin nunca encontrarse. Si ustedes debieran retener solo una frase de todo lo que 
les he dicho, desde un cierto tiempo, esa sería simplemente no olvidarse y no 
olvidar de darse al Amor. Es el único modo de realizar lo que se Es, todos. Y de 
hacer eso en esos momentos que preceden el momento colectivo porque es más 
fácil, porque es más evidente y el Encuentro, entonces, se desarrollará como un 
cara a cara totalmente alegre y ligero, donde percibirán la ausencia total de 
separación entre lo que ustedes se vuelven, en esta vida, y lo que Son, en la 
Eternidad. Recuerden que la distancia es lo que es responsable del sufrimiento. 
Y el que se ha construido resistencias y sufrimientos, cuando el Amor se 
presente a él, percibe este sufrimiento con intensidad. Incluso si el Amor pone 
fin a todo sufrimiento, hay que, sin embargo, reconocer este Amor como la 
quintaesencia de lo que somos, y como la quintaesencia de la Vida, en todas 
partes. Desde luego, las actividades ordinarias que se prosiguen (de todas las 
vidas de nuestros Hermanos y Hermanas, sobre Tierra) son a veces muy 
absorbentes, muy invasoras. Es por eso que las circunstancias y las condiciones 
del regreso de la Luz van a aligerar la carga de las costumbres y de las 
obligaciones. No son ustedes que lo deciden: es la acción de la Luz y de su 
Inteligencia, en esta fase. Ustedes, tienen justo que darse a ella.
Dándose al Amor, realizan que ustedes son Amor, porque no retienen 
nada para ustedes y se dan enteramente. No hay otra manera de tocar su propia 
Profundidad, su propio Corazón, y su Eternidad. Tengan la certeza también que 
todos los elementos que se produzcan en vuestra vida (eso ha sido dicho y 
repetido, pero va a volverse tanto más importante en las manifestaciones que es 
necesario volver a decírselo), que todo lo que les llegue en vuestra vida, sin 
ninguna excepción (incluso lo que les parece penoso, incluso lo que les parece a 
priori contrario a la Luz y al Amor), no está ahí más que para eso. No hay ni 
punición, ni castigo, ni karma, ni falta. Es siempre la persona y la 
personalidad que cree eso, no el Amor. Ahora bien, todas las circunstancias de 
vuestras vidas, sin ninguna excepción (incluso si este cuerpo está llamado a 
partir, en ese momento), son una invitación al Amor y nada más. Una vez más, 
estén vigilantes, de algún modo, a la mirada que ustedes llevan sobre las cosas 
y los acontecimientos, sobre vuestros allegados como sobre los seres lejanos. Y 
recuerden que la Sombra no se sirve más que de una sola cosa, sea en ustedes o 
en otro lugar: del miedo. Y que si ustedes están en ese Don del Amor, no puede 
existir el menor lugar para el miedo. Y que si el miedo está presente, no es más 
que el reflejo de la actividad de lo que queda de vuestra persona. Y recuerden 
que la persona no conocerá nunca la Luz, que la persona no sabrá volverse nunca, 
no podrá volverse nunca, la Luz. La oruga deja el lugar a la mariposa: no hay 
ninguna comparación entre la oruga y la mariposa sea en la forma, sea en la 
manifestación, y sin embargo, al interior, hay la misma cosa. Todo eso, es algo 
que va a aparecerles, si no es evidente, por lo menos, como más fácil para 
integrar. He dicho bien para integrar, no para comprender porque eso desafía 
toda lógica, en el sentido humano, y, más ustedes queden en vuestros límites, 
más queden en vuestros apegos, más hay resistencia al Amor, y menos pueden darse 
al Amor.
Darse al Amor, es hacer romper todos los límites y sobre todo, 
descubrir la Ligereza y la Alegría. No puedo desearles nada mejor. Entonces, 
desde luego, durante todos estos años, las Vibraciones, los centros de 
conciencia, las experiencias y los estados que han vivido, han sido, de algún 
modo, jalones y referencias para traerlos a este tiempo. Ustedes han tenido la 
oportunidad de poder preparar y vivir (por anticipación, en cierta manera) ese 
momento colectivo. Como les han asestado los Ancianos: no hagan nada, 
conténtense con acoger y darse al Amor, de desaparecer para aparecer a la Verdad 
Eterna. Es muy simple, incluso si eso, hoy, les parece sin solución, mañana, eso 
será profundamente diferente. Y desde mañana, poco a poco o de manera mucho más 
brutal, entenderán esto sin poder incluso explicarlo, ni incluso comprenderlo, 
pero es lo que vivirán. ¿Qué puedo desearles de más en este período que se abre? 
Si hay, en ustedes, interrogaciones sobre lo que he dicho, hoy o en otros días, 
sobre darse al Amor y si puedo aportarles otras palabras, lo hago. 
Pregunta: ¿Cómo Amar las personalidades puesto que se nos pide 
desapegarnos?
Eso será siempre difícil, mi Hermano, para la personalidad que eres, 
porque es tu conciencia egótica que dice eso, pero si te colocas en el Amor, eso 
no plantea ningún problema. No es cuestión de enviar amor. Enviar amor es un 
acto de la persona, es un acto egótico que se cree superior. Vuélvete nada y 
todo se te volverá evidente. La personalidad no verá nunca más que la 
personalidad, así como tú lo has expresado. Y si ves pues una personalidad, es 
que tú mismo estás inscrito en la personalidad y no en el Amor.  La personalidad 
tendrá siempre buenas razones para no amar, para detestar o para amar, porque es 
función de su punto de vista.
No tenemos más preguntas, le agradecemos.
Hermanos y Hermanas, presentes, aquí, permítanme darse a ustedes, 
darme a ustedes, en este Don de Amor que yo he expresado. Esta es mi manera de 
rendir Gracia y de Amarlos. Yo les digo, en cuanto a mí, hasta una próxima vez. 
Adiós. 

