MARÍA
18 Diciembre
2015
Soy María, Reina de los
Cielos y de la Tierra. Niños de la Alegría y del Amor, dondequiera que estéis
en este día, dignaos de recibir mis respetos de Madre, de hermana y de Luz
idéntica a la vuestra.
… Silencio…
Vengo entre vosotros a fin
de daros los últimos elementos útiles para vuestra Ascensión que está en curso.
Estos elementos conciernen, por supuesto, al conjunto de los mecanismos de
vuestra conciencia que se modifica hoy de modo cada vez más visible. No volveré
sobre las alteraciones que se producen en este momento respecto al tiempo y al
espacio, al de vuestro cuerpo, al de vuestra conciencia como al de la Tierra,
que se modifica profundamente en este mismo momento. No os voy a decir nada más
de lo que os pude decir hace poco tiempo, sino a simplemente de estar atentos a
lo que se celebra en vuestra vida, en vosotros como alrededor vuestro, no para
buscar allí elementos de respuesta, no para tratar de transformar lo que sea,
sino más bien para invitaros a vivir la Gracia.
En el tambaleo actual, la
transformación que esto representa, que esto sea para la conciencia como para
el cuerpo físico – de la Tierra como el vuestro – os vais a dar cuenta, si aún
no está completamente hecho, que no hay otra posibilidad que de vivir y de
asentir el Amor, no tal como lo pensáis, ni lo imagináis, sino más bien de
vivirlo ahora en cada aliento.
Desde el instante en que el
que os ponéis en vuestra Eternidad y dejando esta Eternidad fusionar e
infundirse en vuestra vida, en vuestra conciencia, el mandato de la Luz se va a
transformar, si aún no lo está, en un llamamiento definitivo, aquel donde nunca
más podréis dudar ni esperar lo que sea de otro que de lo que Sois, ignorando
incluso las circunstancias de este mundo como de vuestra propia vida, en su
linealidad tal como la habíais vivido antes.
Hoy la Luz viene, en cada
aliento, a la periferia como al interior de vuestro Ser, y todas las
circunstancias que se celebran en vosotros y alrededor vuestro están allí, en
vuestra vida, sólo para asentaros todavía más en vuestra Eternidad. Es en estas
circunstancias que será escuchada mi Llamada. Por supuesto, lo que os es dado a
vivir, que esto sea individual como colectivamente, puede representar, diría
yo, una forma de temor o de dolor por lo que corresponde a la marcha lineal del
tiempo.
No olvidéis que salís del
tiempo tal como lo entendéis, pero también del espacio tal como lo concebís y
lo vivís hasta ahora. Hay pues una invitación permanente a la Gracia, a la Luz
y a la Alegría. Esta invitación puede sin embargo traducirse en vosotros por
momentos de resistencia, que se debe, en definitiva, sólo al desconocimiento de
lo que pueda quedar de vuestra persona, de lo que es la totalidad de la Luz en
manifestación, en encarnación, sobre este mundo como en vuestro cuerpo.
Las circunstancias de
vuestras vidas nunca serán más adecuadas y útiles para vuestra instalación en
vuestra Eternidad, dándoos a vivir una Ascensión donde nada puede resistir ni
engancharse a lo que sois en Eternidad. Es esto lo que vivís unos y otros,
dondequiera que estéis en vuestra vida, dondequiera que estéis en vuestro
mundo. Los mundos de la Luz se instalan en y alrededor vuestro, dándoos a ver
efectivamente a veces lo que podría parecer, a primera vista, como exactamente
lo opuesto a la Luz. Pero si vais más allá de las apariencias, más allá de lo
que os dicta vuestra conciencia ordinaria, si os quedáis calmados y tranquilos,
si enfocáis vuestra conciencia únicamente hacia lo que se celebra en el centro
de vuestro Ser y en vuestro pecho, entonces todo el resto va efectivamente a
desaparecer como por encanto. Pero sabéis bien que no es un encanto, sino la
estricta verdad de la Luz en su despliegue.
La Vida os invita pues, a
cada uno de entre vosotros, de todas las maneras posibles e imaginables, a
vivir esta fusión con la Eternidad. Así que no protesten contra ninguna de las
circunstancias de vuestra vida, de vuestro cuerpo o de la sociedad misma, o de
los países ellos mismos, porque todas estas resistencias, en definitiva, sólo
son unas oportunidades siempre más grandes de enfocaros hacia vosotros mismos,
de encontrar la fuente, concreta, y de manera definitiva, de vuestra propia luz
que es Luz.
Os vais a dar cuenta, si aún
no es el caso, que os será cada vez más difícil obrar como teníais la
costumbre, y que cada acontecimiento y cada circunstancia de vuestra vida os va
a situar o bien en la resistencia a la Luz, o bien en el asentamiento
definitivo de la Luz. En cada ocasión, en cada circunstancia, cada día y cada
hora que pasa, os ofrece una multitud de Gracias – pero estas Gracias no son
destinadas a la persona – sino destinadas con prioridad, por supuesto, a
vuestra Eternidad, a su consolidación, a su manifestación en encarnación, y a
su despliegue. Y esto no depende de vosotros, esto sólo depende de vuestra
capacidad de ir aún más hondo en vosotros, de atravesar lo que todavía pueda
parecer ser unos obstáculos, unas obstrucciones.
No se interesen por esto.
Vayan aún y siempre más profundamente, según los mandatos de la Luz, según la
Acción de Gracia que se despliega en vuestra vida, o según incluso las
resistencias que todavía puedan estar presentes. No persistan con lo que sólo
pasa y pasará, persistan más con los elementos todavía concretos que nunca pasarán,
porque son vuestra Eternidad. Esto no pide ningún esfuerzo, todo lo contrario,
sino más bien en lo sucesivo un relajamiento completo de todo lo que hacía
vuestro cotidiano, de todo lo que hacía que la vida siguiera, como podrías
decir, su buen camino.
Los mandatos de la Luz se
hacen cada vez más penetrantes y sabéis que respecto a esto sólo hay dos
reacciones posibles: el miedo o el Amor. El conjunto del tejido social os
muestra exactamente lo mismo. Lo que es corrompido debe morir, lo que es
efímero debe desaparecer, sólo debe quedar lo inquebrantable de la Luz, lo
inquebrantable de la Libertad, de la multi-dimensionalidad y de la Alegría.
Todo el resto – digo bien todo el resto – se disuelve y hasta se desintegra en
este mismo momento.
No tengáis miedo de nada
porque tenéis en vosotros todas las fuerzas necesarias y útiles para atravesar
esto. En este sentido, la impetuosidad actual de la Luz sólo traduce esto:
haceros ir siempre más profundamente a lo más cerca de lo que Sois en
Eternidad, dejándolo manifestarse, y desvelarse total y completamente. Ahí está
el estado de Gracia, no está en la resiliencia de una problemática ni en la
solución de un problema cualquiera que sea. La Inteligencia de la Luz es tal,
su repartición ahora y su distribución en el conjunto de la Tierra hace posible
una multitud de Gracias para cada uno de vosotros. No hay ningún esfuerzo, hay
que solo a reconoceros vosotros mismos, no en la historia de una persona, no en
los acontecimientos felices o desgraciados sino cada vez más exclusivamente, yo
diría, en vuestra Eternidad, en la alegría y en la Gracia del Amor y de la Luz
que es sinónima de la verdadera Libertad.
La Libertad no puede
comprarse, no puede venderse; lo mismo ocurre con la Luz. Ella está en
vosotros, totalmente preparada para brotar e invadirlo todo, si aún no está
hecho. Esto sólo os pide nada más que de estar atentos, no a lo que se celebra
sobre la pantalla de la conciencia, sobre la pantalla de vuestra vida o de
vuestro cuerpo, sino más bien en lo que se produce justamente cuando todo esto
desaparece.
Cuando hay realmente esta
rendición sin condición alguna al Amor que sois, entonces nada más se opone al
Amor, a la Gracia, ni tampoco a vuestra Ascensión.
En efecto muchos de entre
vosotros comienzan a vivir fenómenos que nunca fueron descritos sobre esta
Tierra, ni incluso en lo que os hemos transmitido para orientaros, si puedo
decir, hacia vuestra Eternidad. Numerosas señales se manifiestan a vuestra
conciencia, que esto sea a nivel del cuerpo, que esto sea en vuestras
interacciones con los demás y que esto sea incluso sobre la pantalla de vuestra
conciencia – que estas sean salidas del tiempo, fuera del espacio convencional,
que esto sea por unos mecanismos más íntimos que os hagan descubrir que no sois
realmente lo que creéis ser, sino mucho más de lo que habríais podido imaginar
o proyectar.
Pero para esto, hace falta
efectivamente de no proyectar ni imaginar nada, de manteneros cada vez más
disponibles a vuestra Eternidad. Sabéis, que hubieron experiencias de la
conciencia que fueron llevadas durante años, llamadas de la Luz, y luego hubo
una asignación vibral, unos mandatos de la Luz. Hoy, se trata de una evidencia
de la Luz. Es esta evidencia que debéis ver y no la veréis actuando en una
acción cualquiera, sino más bien poniéndoos allí donde estáis y acogiendo,
vaciándoos de todo lo que no sois, no por un acto de voluntad, sino
instalándoos en el Aquí y el Ahora, en el Eterno presente, porque las Gracias
sólo pueden ser distribuidas, ni en otra parte ni de otro modo que en el
instante Presente.
La Alegría, el Amor, la
Libertad, se encuentran aquí ahora y se encontrará cada vez más, exclusivamente
a este nivel. Sean las que sean las ayudas que se os han aportado, los
reencuentros con la Luz que habéis vivido, ya sea a través de los Elementos,
con los pueblos de la naturaleza, con hermanos y hermanas en la carne, todo
eso, os va a parecer, yo diría, incluso superfluo, porque hay una evidencia que
brota del Interior de vosotros. Esta evidencia no tiene nada que ver con lo que
es cíclico o lo que es efímero.
Esta posición que adoptáis ahora, os permitirá ver en cada uno de vosotros,
todo lo que todavía puede resistir u oponerse a la Verdad de la Eternidad. Es
de alguna manera, la última oportunidad para daros cuenta, posicionaros y
consentir o no, la Verdad del Amor y de la luz que se establece en este mundo.
La Tierra asciende, lo sabéis. Existen innumerables señales dondequiera que
miréis, desde la locura de los hombres, hasta el amor de los hombres, pasando
por los Elementos o aún, por un sinnúmero de señales cósmicas que están a
vuestra puerta hoy, y algunas de ellas se manifiestan ya en los grupos humanos.
Mis queridos hijos, no vengo nada más que a revelaros esto. Cada día de vuestra
vida que se desarrolla en este mundo, cada día que transcurre y se despliega en
esta interacción entre lo efímero y lo Eterno, debéis encontraros muy firmes en
la Verdad de la Luz, del Amor y en la Humildad de esta Verdad. Recordad que no
se requieren esfuerzos. No hay tiempo para buscar –y todavía menos que antes-
las explicaciones, las cosas, fuera de vosotros porque todo, y de manera
irreversible, está ahora inscrito y revelado en vosotros.
Todas las claves vibrales, los circuitos vibrales también, se han
completado ahora a nivel colectivo. Mirad en vuestro interior, mirad lo que
realmente sois, independientemente de toda circunstancia, de la edad, de las
relaciones, de las preguntas o incluso de toda evidencia. Id más allá de lo que
ya ha aparecido e id con firmeza, al Corazón, a ese desconocido que todavía
puede asustar a alguno de vosotros.
El poder de la Luz es tal, que el Choque de la humanidad, en el momento en
que se presente de manera colectiva, hará impactos moderados, no sobre el aspecto
geofísico de la Tierra, sino sobre lo que llamaría, la conciencia colectiva de
todas las conciencias presentes en la Tierra. Dicho de otra forma, podría
decir, que los momentos más duros no son después; son ahora. A través de lo que
aceptéis ver o no ver en vosotros, de entregaros a la Luz o no, se
desencadenará lo demás; y lo que queda, será anunciado por los sonidos del
Cielo y de la Tierra.
Si os habéis encontrado vosotros mismos, real y enteramente, nada del
exterior podrá venir a agitar o perturbar vuestra Luz. Ningún caso de vuestro
propio cuerpo, ningún acontecimiento de este mundo podrá tocar lo que sois.
Vais a daros cuenta de eso, de forma fulgurante y cada vez más rápida, si no
está ya hecho.
Así que, sólo vengo a decirte una vez más, mi Amor, mi constante Presencia.
Vengo a deciros, una vez más: dejaos bañar en la alegría del Amor, en la
alegría de la Libertad. No temáis nada, ya sea por este cuerpo, ya sea por
mañana, ya sea por la mecánica celeste que se desencadena. Pero no vengo a
convenceros, sino simplemente a deciros que todo está en vosotros, más que
nunca, y que tenéis en vosotros vuestra Presencia Eterna, con todos los códigos
de Luz activados, listos para surgir como Espíritu del Sol, Cristo Solar e Hijo del Sol.
Sólo os espera a vosotros, independientemente incluso del momento colectivo
que está inscrito en un futuro muy cercano. Pero a través de eso, no busquéis
fechas, si no es la urgencia de encontraros y descubriros, enteramente, en la verdad de vuestra Luz. Vuestra Presencia es
ahora casi física en aquellos de vosotros que tenéis esta función en el proceso
y desarrollo de la propia Ascensión.
La conminación de la Luz, se hace en vosotros, cada vez más refinada, cada
vez más potente, pero también, cada vez más precisa, lo que os lleva a aclarar
lo que todavía no pudo ser aclarado, llevándoos a deponer todas las armas de
combate, de lucha, de oposición, y entrar de lleno, aquí mismo y ahora, en
vuestra Eternidad, no por momentos, no por estados, sino definitivamente; porque
es ahí donde se encuentra la solución a todo lo que puede presentarse a vuestra
conciencia, a vuestra vida y a este mundo. Y en esto, la Gracia actuará siempre
de forma mucho más explosiva, podríamos decir, dando destellos cada vez más
evidentes. Aunque lo que resiste, os aparezca también mucho más evidente, no os
inquietéis por eso.
La Luz es un bálsamo, es curativa, es esclarecedora, ella ama. Es lo que
sois; todo lo demás tiene una duración. Es esta Eternidad, la que se os ofrece
ahora, en los últimos tiempos de la Gracia que precede a mi Llamada y a los
signos celestiales. Afinad cada día, como si el minuto siguiente, ya no
estuvierais aquí. ¿Qué es lo que se va? Vuestra persona, pero no la Vida, pero
no el Amor. El Amor y la Vida, están justamente aquí porque la persona ya no
está. Es eso lo que percibiréis y viviréis, aunque haya todavía algunos
obstáculos o algunas preguntas.
Id más allá de vosotros mismos, abríos entera y totalmente, a vosotros
mismos. Porque la Luz ahora, no solamente os quiere enteros, sino que os quiere
manifestando la Luz en la superficie de este mundo, independientemente de toda
consideración de persona, de historia, de linaje, de origen o de futuro. La
Eternidad se desvela ahora, entonces, ¿qué puede hacer lo demás?, ¿qué puede
hacer el dolor, la carencia, la pena, e incluso la satisfacción, los deseos, de
algún tipo?
Por tanto, vengo a deciros
que, más que nunca, en los días sucesivos a partir de ahora, cualquiera que sea
el desorden de este mundo o el desorden de vuestra persona, está en vosotros,
la totalidad de la Luz, la totalidad de la conciencia vibral, la totalidad del
Absoluto que están en el umbral de vuestra propia conciencia. Sed espontáneos,
verdaderos y, sobre todo, sed más lúcidos a cada instante, a cada soplo, no en
las circunstancias de vuestra vida, sino en la Eternidad. La Eternidad debe, de
alguna manera, Tomar su lugar en vuestra Conciencia y es exactamente lo que
está sucediendo. ¿Lo veis?, ¿lo vivís?
En cuanto a aquellos de
vosotros que todavía pueden estar en el miedo o en cualquier proyección de
cualquier futuro, incluso en relación al “Evento”, vengo a deciros: olvidad eso
porque el “Evento”, también está e vosotros, está a la puerta de vuestro
Corazón. Así que no sirve de nada mirar la pantalla del mundo, si no miráis la
pantalla de vuestro Corazón, para hacer desaparecer toda pantalla. Recordad que
eso será cada vez más fácil para la Eternidad y cada vez más difícil para lo
efímero, lo que os permitirá ver que la Vida es Una y Amor y que incluso lo
efímero y lo Eterno, finalmente y en definitiva, se unirán a vuestra Eternidad,
situándoos en el mismo baño vibral y en el mismo baño ascensional, pero
despojados de toda preocupación, de todo miedo o de toda necesidad de anticipar
nada.
Recordad que la fuente de
vuestro Corazón, es vuestro propio Corazón. Hasta este momento, la relación era
de suma importancia. El Arcángel Anaël, como Arcángel de la Relación y del
Amor, os lo ha expresado de diversas formas, acompañándoos durante estos años.
Pero hoy, más allá de la relación está lo que llamaría “la relación última de
vuestro Corazón a vuestro Corazón”, efectuándose el último basculamiento y
reversión de la Tierra, así como de vuestra conciencia. Todo eso está inscrito y
actualizado en vosotros. Así que mirad en vosotros lo que está superado, lo que
sufre y dejad lo que está sufriendo. Buscad el apoyo de vuestra Luz,
buscad la relación con vuestra propia Luz, porque ella está aquí. No hay mucho
tiempo para buscarla, sólo hay que darse cuenta de esta evidencia y esta
verdad. Y viviendo esto, os daréis cuenta que no puede existir otra verdad,
otra alternativa.
Vengo a invitaros a ser Amor permanentemente, frente a cualquier situación,
a cualquier persona o a cualquier tipo de relación. Ahora es el momento de
dejar brotar el fuego total, este Fuego de Amor devorador, de lo que sois, y
que venga a trasmutar todo lo que debe ser y que no ha podido ser trasmutado, a
nivel individual, pero también colectivo.
Os recuerdo que el ser humano no resuelve más que en los momentos en que
hay duda y sufrimiento, porque es en esas circunstancias en las que la
humanidad encuentra su camino como hermano y hermana, confraternizando el amor,
prestando ayuda, aportando su Amor y su presencia, sin pedir, sin controlar y
sin esperar nada.
Sed pacientes y sed suaves con vosotros mismos en vuestra Eternidad.
Notaréis que – tan pronto como viváis esto de manera importante – poco a poco o
de manera fulgurante se instalarán en vosotros una fe total, una confianza y
una conciencia absolutas en la verdad de lo que vivís o vais a vivir. Tened
presente también – como se os ha comunicado – que no hay explicaciones que dar
ni en el entorno vuestro ni en vosotros porque la Luz es la explicación.
Entonces basta simplemente con dejarla emerger y dejarla vivirse entre todas
las relaciones. Cristo ahí está, en toda relación como en toda confrontación,
en el interior de vosotros o en este mundo. Entonces, por supuesto, no somos
responsables por las interpretaciones de unos y otros en relación con los
sucesos que suceden en el plano histórico de esta Tierra pero tened presente
que – más allá de la historia y más allá de las profecías – están la Promesa y
el Juramento, está el reconocimiento de lo que sois en eternidad y no de lo que
sois en una persona, incluso en el seno de un karma o de reencarnaciones dadas.
La Libertad, bien lo sabéis, no tiene qué hacer con eso, el Amor
tampoco. El Amor quema todo lo que puede ser lazo y este Amor es emanado por
vosotros, Él « es » vosotros.
Más que nunca esto se concientiza, más que nunca esto se vive o más que nunca,
en otros casos, hay resistencia pero siempre es la Luz la que opera, en ningún
caso las elucubraciones de la mente humana – o para quienes intenten hacer
coincidir las profecías, aunque éstas fuesen reales, lo más importante no es
eso. Eso sólo son signos que os son dados para ver en la pantalla de vuestra
conciencia, confirmando lo que ocurre pero no son la finalidad, la cual es
Verdad, Belleza, Luz, Amor y esto incondicionalmente.
Fijaos en eso porque esto no es mañana, ni después de las Trompetas, ni
siquiera después de mi Llamada, ni siquiera durante los 132 días, sino que se
da desde ya para vosotros. No esperéis más nada, ni del mundo, ni de nadie, ni
siquiera de vosotros mismos. Dejad simplemente emerger lo que emerge, dejad
simplemente ser la verdad del Amor.
Cada uno de vosotros que escuche, que lea lo que os he dicho, se
acordará de ello llegado el momento, de no haber llegado todavía. Algunos de
vosotros efectivamente – muchos de vosotros incluso – sólo podrán despertar en los
momentos de mi Llamada pero eso no tiene importancia ahora. Vivid lo que os
corresponde vivir, vivid vuestra eternidad aquí mismo en este mundo. Ya no hay
obstáculos, ya no hay resistencias, en cada uno de vosotros, salvo las que
mantenéis vosotros mismos por error, por costumbre, por dificultad todavía para
ver de manera evidente lo que corresponde a veces a lo efímero, a veces a la
Eternidad, y que suscita a veces una interrogación.
Sin embargo tened presente que la solución, la respuesta, estará cada
vez más grabada en la verdad de vuestra conciencia. Fueren cuales fueren las
relaciones entre vosotros, fueren cuales fueren las relaciones entre vosotros y
nosotros, fueren cuales fueren vuestros
contactos con los pueblos de la naturaleza o ciertos pueblos extraterrestres,
todo eso no son sino pretextos llevándoos a colocaros en el estado de Gracia y
a colocaros en él de manera irremediable y definitiva, sin siquiera tomar en cuenta
lo que pueda suceder con este cuerpo y con este mundo porque bien sabéis que no
sois ni este cuerpo ni este mundo, no por haber practicado lo que fue llamado,
hace algún tiempo, la refutación, ni siquiera por haber experimentado el Sí,
sino como la evidencia de lo que ahí está.
A medida que muchos hermanos y hermanas en la carne se den cuenta de eso,
esto se tornará más y más fácil para los demás. Habrá una forma de contagio que
ha de anteceder inmediatamente mi Llamada. Obviamente habrá intuición y
premonición de lo que vaya a suceder porque – hasta ahora – esto os había sido
ocultado, no por la sombra, no por la Luz, sino por las mismas circunstancias
de la llegada de la Luz. Hoy en día las circunstancias son otras. Solamente
hace falta reconocerse, solamente hace falta detenerse, solamente hace falta
abrirse, solamente hace falta ser.
Y esto no depende de vuestra persona, esto no depende de vuestra edad,
ni de vuestra dicha, ni de vuestra desdicha, porque esto se refiere a nada de este
mundo. Cuando hayáis experimentado realmente esto de manera definitiva,
entonces ya más nada podrá extraeros del Gozo, ya más nada podrá extraeros de
la Verdad, antes incluso de mi Llamada. Y eso será una constante, en los momentos
de mi Llamada, aunque sepáis que el camino de cada cual es diferente porque
cada cual es libre para establecerse donde quiera, no según sus deseos
personales sino según los deseos de su alma, de existir ella, y según donde lo
coloque su Espíritu, directamente. Lo demás os aparecerá más y más como
nimiedades y ocupaciones, elementos que ya no tienen espacio que ocupar en
vuestra vida, sucesos que ya no tienen impacto tampoco en lo que sois. Y
sabréis entonces irremediablemente que habéis llegado. Y cuando seáis muchos, individualmente, en vivirlo,
sabréis que ha llegado el momento de mi Llamada.
Todo eso traduce por supuesto el progreso y avance de lo que venimos
anunciando y preparando unos y otros desde hace muchos años y que ha sido
anticipado por muchos profetas. Tened presente que no hay nada que salvar ni a
nadie. Solamente se trata de vivir la evidencia de lo que sois y la evidencia
de vuestra Libertad.
La Luz por sí misma sabe lo que sois y por sí misma disuelve las
resistencias, lo que significa también que ya no es necesario que acudáis a
vuestra persona a nivel de su historia, a nivel de sus memorias, a nivel de sus
conocimientos fueren los que fueren porque la Luz es todopoderosa y, como dije,
es la respuesta y la solución. No habrá ninguna otra.
Ya sea que se hagan cargo de vosotros los de Vega, ya sea que quedéis
libres definitivamente antes de los 132 días, ya sea que os reagrupéis en
ciertos lugares, ya sea que entréis en resistencia, no importa porque el mismo
destino espera a cada niño de la Tierra en el momento terminal: la Libertad. La
Libertad no es efectiva todavía ya que la tercera dimensión aún está pero la Libertad interior sí está, la
Libertad del Amor sí está. Ella está plenamente ahí, plenamente activa. Lo
demás seguirá.
Es esta certeza la que va a instalarse en vosotros, de no estar
instalada ya todavía. Nosotros os estamos acompañando siempre pero fijaos en lo
que vuestro cuerpo vibra, fijaos en lo que vuestro corazón dice. Fijaos en
vuestra conciencia de hoy en relación con la de hace un año. Fijaos por última
vez en el camino recorrido y observad el cambio y los cambios que han ocurrido.
Eso no podéis negarlo, fuere cual fuere vuestro lugar hoy. En esta tranquilidad
de quien acepta verse y ver el mundo sin juzgar, sin condenar, sin extrapolar o
sin proyectar se encuentra la verdad del Amor por completo, antes siquiera de
mi Llamada, en cada minuto de vuestra vida, en cada mirada lanzada y en cada
palabra pronunciada.
No voy a pediros nada más que estar ahí, vivos, portadores de lo que
habéis aceptado portar y también, sobre todo, de lo que sois en verdad. Todo lo
demás no hará sino pasar y no le daréis la más mínima importancia porque
sabréis concretamente – no a través de una creencia, no a través de un
conocimiento, ni siquiera a través de una experiencia fuere cual fuere sino de
la manera más íntima y más directa – que sois Amor y nada más, aunque vuestra
vida os dijese lo contrario en este período. Es esto lo que hay que reconocer y
vivir.
Muchos elementos os fueron dados por los Ancianos, por las Estrellas y
por mí misma en relación con este período. No veáis en esto simplemente una
celebración, aunque ésta haya sido desviada como sabéis. Ved en esto más bien
el renacimiento y, sobre todo, la Resurrección pues estáis en fase de
renacimiento y de resurrección, que lo veáis o no, que lo aceptéis o no. Es
esto lo que conviene reconocer. Todo
lo demás se dará sin intervención de vuestra parte y en la máxima beatitud, en
la máxima beatitud y máxima serenidad también. Es por lo demás la serenidad la
que debe caracterizaros hoy porque cuanto más gozosos estáis y cuanto más en el
Corazón del Corazón, mucho más serenos estáis también, con esta serenidad que
os proporciona lo necesario para hacer lo que haya que hacer pero más aún para
ser lo que sois.
Todo lo que vivís en este momento, estéis donde estéis, una vez
más, sólo es el reflejo de la
instalación de vuestra Libertad. No hay nada más que
eso. ¿Lo veis? Y, sobre todo, ¿lo vivís? El Manto Azul de la Gracia, que lo percibáis o no, ha
sido depositado en vuestros hombros. Ha sido eso lo que ha reforzado a la vez
las confrontaciones, las resistencias o el acceso a la Gracia, según vuestra
persona estaba preeminente o no.
Nutríos con el Amor que sois. Nutríos con el Amor que emana de vuestro
ser. Nutríos con el Amor dado por vuestros hermanos y vuestras hermanas pero
también con las resistencias que os sirven para ver lo que es necesario ver.
Vuestras necesidades fisiológicas, como podéis comprobarlo, cambian
profundamente. No volveré sobre el tema alimentario, de sueño, o sobre las
diferentes normas fisiológicas pero cada uno de vosotros está impactado, lo que
os lleva a reconsiderar vuestras diferentes necesidades y a situarlas en
relación con vuestra eternidad.
Lo que viene es Amor, lo que ahí está es Amor y lo que ahí estará
también será Amor. Así el Amor habrá borrado el miedo y los miedos fueren
cuales fueren. Tened presente que – en los momentos en que los sonidos del
cielo os llamen, así como en los momentos en que me dirija íntimamente a cada
uno de vosotros – lo que predominará será el gozo o el espanto pero uno y otro
no serán nada en comparación con la belleza del Amor revelado en vosotros
durante la estasis.
Entonces os pido solemnemente – si aceptáis mi palabra y mi Verbo –
encontraros más y más en vosotros mismos, nutriros con lo que sois en
Eternidad, otorgar la máxima importancia a lo que sois en Eternidad porque el
tiempo del vuelco ha llegado, del Último Vuelco, aquél de la Ascensión, aquél
de la Liberación y de la Libertad.
Tú que me lees, tú que me escuchas, no creas en nada que no sea lo que
te dice tu corazón, no creas en nada que no sea la Eternidad que eres porque
todo lo demás sólo dura un tiempo y estáis saliendo del tiempo.
Soy María - Reina de los Cielos y de la Tierra - y deposito en vuestro
Templo la felicidad del Amor y tomo a cada uno de vosotros en mi Manto y en mis
brazos. Hasta luego.