El Impersonal y los Pueblos de la
Naturaleza
EOLIA
Julio 2016
Nuestro
nombre es Eolia, somos lo que llamáis las ondinas. Os vamos a hablar de
nosotras. Somos el pueblo del Agua, y según las aguas que frecuentamos, nos
podéis encontrar bajo otros nombres. En las aguas que se estancan y en las
aguas profundas, somos los troles, y en otros lugares llevamos otros nombres.
Existen para nosotras algunas diferencias, como pueblo de la naturaleza, en
relación a los que os son más accesibles. No estamos fijas ni en un lugar ni en
un sitio. Estamos por supuesto siempre al lado del agua o en el agua, en
general no estamos muy lejos de los elfos, y un poco más lejos de los dragones,
pero estamos también al lado de ellos. No estamos tampoco muy lejos de los
gnomos.
Somos
el pueblo del Agua, no estamos fijos en una forma, en una función, como lo
pueden estar los dragones o los elfos.
Somos
la Alegría y somos la Ligereza, pero somos también la Profundidad.
Somos
el Agua, llevamos el Agua y nos desplazamos por el aire como por el agua, pero
estos desplazamientos no son unos desplazamientos. No necesitamos de volar, no
necesitamos de recorrer otra cosa que el agua. Allí donde estamos, esta la
Alegría, allí donde estamos, esta la vida, totalmente Libre.
No
somos ni reyes ni reinas, no somos ni ancianos ni jóvenes. Vamos donde nos
lleva la Alegría. Siguiendo a veces el agua, desaparecemos de un lugar y
aparecemos en otro lugar, de manera instantánea. Somos un día los troles, como
somos al otro día la burbuja que está sobre el agua. Somos el torbellino del
agua.
Nuestra
característica es la movilidad. No estamos atadas a nada, ni a nuestra forma ni
a nada. Y estamos por todas partes, allí donde la Alegría nos llama, allí donde
la Alegría es necesaria.
No
os podemos aportar nada, si no es nuestra alegría, y nos encontráis
acercándoos, incluso si os huimos, porque somos muy sensibles a lo que está
fijo, a lo que no se mueve, a lo que no está libre. No conocemos sin embargo
vuestras emociones, vuestras razones, vuestras estructuras, pero estamos
alrededor vuestro, tan pronto como la Alegría aparece, tan pronto como dejéis
de lado lo que está fijo en vosotros. En cuanto salís de vosotros mismos siendo
totalmente vosotros mismos, estamos ahí.
Estamos
aquí únicamente por la Alegría, la alegría de estar aquí, la alegría de estar
en todas partes, la alegría de sentir el agua y el aire.
No
tenemos ninguna organización, y no somos tampoco uno o el otro de entre nosotros, de entre nuestro pueblo, pero
somos Uno en todo nuestro pueblo, y eso lo vivimos gracias a la Alegría y a la
Ligereza, a la movilidad, porque nada esta fijo en nosotras.
Entonces
no os podemos aportar nada que no sea la Alegría y la Libertad.
Si
nos encontráis al azar en vuestros paseos, venid y acercaros, pero hacedlo con
Alegría. No busquéis nada, porque no buscamos nada. Venid a nosotras e iremos a
vosotros, con el corazón ligero. Ninguna forma es nuestra, ningún mundo nos
pertenece. No venimos de ningún mundo y sin embargo estamos en vuestro mundo
como en todo mundo; que esté encerrado o libre, que esté más allá de la forma,
no nos interesa porque estamos en todas partes.
Nada
nos puede alterar, nada nos puede destruir, porque si un lugar no nos conviene
más, cambiamos instantáneamente, todas juntas. Estamos informadas por lo que
podríais llamar la intuición del agua, el Agua del Misterio, la Ligereza del
Aire. Navegamos eternamente en la Alegría, en la Libertad. No tenemos ni
necesidad ni función alguna, simplemente la de ser esta Alegría.
No
somos miedosas, en la Alegría no puede haber miedo; simplemente hay
circunstancias que no están en alegría, en vosotros como en algunos lugares.
Entonces huimos de estos lugares, no por miedo sino porque no tenemos nada que
hacer allí. Además, nunca tenemos nada que hacer si no es que estar vivas.
Somos la Libertad misma, nuestra forma es plástica como lo es el agua, y como
el aire es móvil. Podemos comunicaros esto. No es nuestra función, es simplemente
nuestra naturaleza. Venid a nosotras con el corazón ligero y bailaremos con
vosotros. Removeremos el agua a fin de llamaros hacia nosotras.
En
cuanto estéis con el corazón ligero, en cuanto no estéis más fijos, en lo que
sea, entonces nos veréis, del mismo modo que percibís a los elfos, y que
algunos de entre vosotros
ven claramente a los dragones.
No
tenemos forma, aunque veáis una forma. No tenemos tampoco individualidad porque
nosotras todas somos Uno juntas. Y además ved que, no puedo decir «yo», el «yo» no existe entre
nosotros. Estamos en juego permanente y somos «Nosotros». Cada uno de nosotros es «Nosotros», aunque esto sea
difícil de vivir para el humano. Os podemos ayudar en ello.
Oh, no os podemos tocar, como los elfos, pero
podemos mostrarnos a través del agua y el viento que os acarician, y sobre todo
podemos estar en vuestros líquidos, en vuestra sangre, en vuestra linfa,
recorrer vuestras naves del mismo modo que recorremos las naves de la tierra y
del mar. Con nosotras no hay intercambio, hay solo un compartir, un compartir
totalmente libre.
No hay en nosotros ninguna organización, ni en
nuestra forma ni en nuestra vida. Esto sería contrario a la Libertad. Estamos
en toda libertad sobre este mundo y estamos aquí desde el primer día, si puedo
decir, que se pierde en la noche de los tiempos. Antes, estábamos en otras
partes y ya estábamos en todas partes. Esto, no lo podéis imaginar, pero podéis
cosechar los beneficios.
Somos la Ligereza, y si resonamos con vosotros
y en vosotros, entonces os volvéis ligeros, y lo que está fijo se suaviza. ¿De
dónde venimos? Pues venimos del mismo lugar que vosotros. Estamos en todas
partes y al mismo tiempo en ninguna parte. Ningún lugar nos obliga, ninguna
distancia nos separa, ningún mundo nos separa.
Claro que existen algunas formas nuestras que
experimentan lados más estáticos – lo dije, en las aguas profundas, en las
aguas ocultas, en las aguas que no están aireadas por la circulación – pero
esto solo dura un momento. Nos encontramos siempre, en definitiva, más allá de
toda vestidura, de toda función y de toda forma, al ser simplemente la Alegría.
Algunos pueblos de la naturaleza buscan
nuestra presencia y en particular las hadas, porque estamos en la misma Ligereza
y la misma despreocupación. Porque, ¿qué es lo que podría preocuparnos, cuando
no tenemos ni principio ni final, cuando no tenemos ni sufrimiento, ni forma,
ni dimensión? Somos realmente lo que podríais llamar la conciencia de la
Alegría y de la Libertad.
Todos llevamos además el mismo nombre. Os di
este nombre porque hace falta un nombre, y os hace falta una palabra, pero no
somos ninguna de vuestras palabras ni ninguna de vuestras conciencias. Si no,
no seríamos lo que somos. Estamos liberadas y somos libres, además, no tenemos
nada que liberar. En esto, os podemos acompañar recorriendo con alegría vuestra
sangre, vuestra linfa e incluso en las aguas profundas de vuestras
articulaciones, somos la libertad o el movimiento, somos el final de lo que
resiste. Recorremos todas las aguas, las aguas de abajo, de este mundo como de
todo mundo, como las Aguas de arriba.
Somos el Agua principal, somos el Agua
elemental como somos también, si lo queremos, los Triángulos que disponen los
mundos. Pero preferimos la Ligereza a la rigidez. Nuestra naturaleza es la
Alegría y nuestra esencia es Alegría. Sólo hay eso.
¿Queréis encontrarnos? Entonces tirad todos
vuestros miedos, echad todo lo que es rígido y venid a nosotras con el Corazón
de un niño, en la espontaneidad.
En cuanto estáis en alegría, y no sabéis por
qué, es que hay en vuestra sangre una ondina que está allí.
Todas tenemos el mismo nombre, incluso si os
podemos dar una multitud, porque no hay realmente diferencia entre cada uno de
nosotros, o cada una de nosotras si queréis. No sabemos lo que es la polaridad,
lo que llamáis la sexualidad, o vuestros diferentes cuerpos según una polaridad
u otra. No tenemos ninguna polaridad y sin embargo estamos vivos, ya que somos
la Alegría. Podemos recorrer vuestra sangre, podemos recorrer vuestra linfa y
entrar en las aguas todavía más profundas. Ponemos fin a las memorias, ponemos
fin a todo lo que es rígido y fijo en vosotros, sin que lo sepáis, de toda
eternidad. Por supuesto, las fuerzas de encerramiento limitaron vuestra
capacidad a dejarnos pasar en vuestros líquidos.
Sabemos, a pesar de todo, que algo importante
sucede para vosotros. Los dragones, los elfos, los gnomos, están muy activos en
este momento. Esto no cambia nada para nosotras, nos quedamos en la misma
alegría que nunca nos dejará, que nunca comenzó y que nunca acabará.
En esta Ligereza, podéis también
reencontraros, sólo esperamos eso. Venid a vernos, venid a bañaros allí donde
estamos, o al lado de donde estamos. Sed como niños, el niño del Uno, los niños
de la Ley del Uno como decimos.
Estamos aquí tal vez también para ayudaros,
pero no es nuestra función. Es nuestra alegría y nuestra naturaleza que os
ayuda. No tenemos ninguna intención, hacia quienquiera, ni ninguna voluntad
hacia quienquiera, si no es de seguir siempre la Alegría y la Ligereza, dondequiera
que estéis, cerca del agua.
Somos la Luz del agua, somos las aguas
fecundantes; lo que llamáis las Aguas del Misterio o las Aguas de arriba, lo
somos también.
Entonces en este período de vuestra vida, de
vuestra tierra, porque esta tierra no es la nuestra, como dije no tenemos
ninguna tierra, pero tenemos todas las tierras. Todas las dimensiones, ellas,
nos pertenecen. No somos propietarios de nada, es en eso que somos libres. No
estamos atadas ni a un lugar ni a una forma. Somos más que una comunidad, más
que un pueblo, hasta si somos muy poco numerosos en general en un lugar dado,
pero todos estamos relacionados más allá de toda distancia y de toda dimensión.
Venid a nuestro encuentro con el Corazón
ligero y pensad en nosotras. En cuanto os laváis, o mojáis una parte de vuestro
cuerpo en el agua, estamos allí. Sé además que al nivel de los que llamáis los
Arcángeles, os han dado unos elementos particulares donde el agua interviene. Y
además muchos de entre vosotros, en esas aguas que habéis confeccionado con
diferentes ingredientes, además, vivís la libertad de diferentes modos y seréis
cada vez más numerosos.
Sabéis que hay el Agua del Bautismo. Esto
estuvo presente también en lo que llamáis algunas de vuestras religiones desde siempre.
El agua, como el fuego además, está vinculada a un rito de tránsito para
vosotros. En todas estas situaciones, nosotras podemos multiplicarnos y estar
presentes en gran número.
Que esto sea en el momento de un bautismo, por
mucho que sea el encerramiento que ciertas formas de bautismo pueden crear,
estamos allí a pesar de todo. Aportamos el elemento de Ligereza que pueda
faltar. Y en todas las aguas somos ligeras, aunque nuestra forma cambia.
No tengo la costumbre de expresarme en
palabras humanas, entonces sed indulgentes porque busco, en esta estructura que
llamáis cerebro, lo que pueda ser más coherente para vosotros. Pero por favor,
no nos fijéis. Estad disponibles como nosotros lo somos, porque la Alegría y la
Ligereza, que es nuestra naturaleza, es seguramente, cómo podéis llamar a esto,
el mejor servicio que podéis ofrecer y ofreceros los unos a los otros.
Nosotros, lo vivimos en cada instante, no tenemos más barreras. Todas las casas
son nuestras casas, todos los lugares son nuestros lugares. No pertenecemos a
ninguno, lo mismo que ningún lugar nos pertenece. Vivimos de la Alegría porque
la Alegría nos alimenta, y no hay alimento más refinado que la Alegría, ni más
saciante. Es el Agua de arriba, el Agua de Vida, como la Onda de Vida que
subió. Estábamos allí, y estamos aún allí. Somos a la vez legión y somos a la
vez únicos.
No conocemos, hasta en el seno de las formas
multidimensionales, el principio de vivir en una forma o en múltiples formas.
Nuestra forma cambia constantemente, nunca esta fija, como tampoco nuestros
lugares. Creo que podemos decir que no hay lugares donde permanezcamos
demasiado tiempo. Volvemos a pasar por supuesto por ciertos lugares donde la
Alegría es particular.
Recuerden, allí donde me veréis, allí donde me
sentiréis, puedo desaparecer o aparecer. Puedo desaparecer y dejar aparecer otra
forma, otro nombre, pero seré yo y será
siempre nosotras. Porque el «mi», no quiere decir nada para nosotras. Somos
libres desde siempre de todo lo que hace el marco de manifestación de la
conciencia. Estamos aparte, pero estamos al mismo tiempo en cada uno y en todo,
desde la Fuente hasta vosotros. No hacemos ninguna diferencia, no podemos
verla, os lo dije. Sólo lo que es rígido, solo lo que está turbado, nos hace
dejar el lugar. No es ni incluso una decisión de nuestra parte, ya que
aparecemos y desaparecemos según la Luz y según la Ligereza y la Alegría en un
lugar. Si la Alegría se vuelve densa, la Alegría no está más y no es cuestión
para nosotras de estar sin Alegría. No hay muerte, no hay desaparición, o si
hay desaparición, es de un lugar hacia
otro lugar y esto es instantáneo. Y como no hay diferencia entre nosotras,
somos, cómo decís, lúcidas y conscientes desde esta tierra, este lugar, hasta
la Fuente.
Por supuesto, no podemos poner en palabras
como vosotros las cosas, no las podemos disponer, porque la espontaneidad es
tal en nosotras que sólo somos eso. Y además, ¿el resto para que serviría?
Porque en cuanto haya marco, tan pronto haya límite, lo vemos bien, la Alegría
se atenúa y lo veis, hasta puede desaparecer a causa de algunas conciencias que
ellas mismas se privaron de la Alegría. Creo que el que llamáis el Comendador,
los llamó “los chicos malos”.
Para nosotros, no hay ninguna diferencia. Sólo
lo que es rígido nos hace desaparecer, pero no tenemos en absoluto la intención
de desaparecer, cambiamos – de forma, de ubicación, de lugar, de mundo, de
dimensión.
No estamos vinculadas a nada, a ninguno de
nosotros, ya.
Somos en cierto modo una de las mejores
representaciones de la Libertad y de la Alegría. No estando limitados por una
forma, por una organización, por un papel, por una función o por un nombre,
somos inmutables. Es en la Alegría y estos movimientos permanentes que somos
inmutables porque la vida es movimiento, dondequiera que sea, eso lo sabéis. Y
si se os habla de la detención del movimiento, de la inmovilidad, del silencio,
esto puede producirse sólo si hay Alegría. Es la Alegría que es responsable de
eso y que es el agente activo, si puedo decir.
Entonces os di un nombre, llamadme. Pero
llamándome, no me llamáis a mí, llamáis al pueblo de las ondinas. Pero una vez
más, esta llamada puede producirse sólo si ya estáis en condición previa de
alegría, si no, nosotras no entendemos nada; solo podemos entender la Alegría y
la Ligereza.
Hoy, lo sabéis, desde algún tiempo – porque
creo que conocéis el tiempo, envejecéis, cambias de forma, pero muy lentamente
–, desde hace poco tiempo, tenéis la posibilidad de presentirnos, porque es muy
difícil de vernos mientras que no estáis en alegría. Incluso en alegría, no
olvidéis que tenéis una estructura – vuestro cuerpo – que esta fijo. Para
nosotros, no hay ninguna libertad en cualquier cuerpo que sea, si no es
cambiando de cuerpo a voluntad. Y siendo
uno o el otro a voluntad también.
Bien evidentemente nuestro modo de
funcionamiento, cómo decís, nuestra biología, aunque no tenemos cuerpo en el
sentido en que lo entendéis, nuestro funcionamiento, nuestra fisiología, no está
en algún punto superpuesta a vosotros. Somos, digamos, una Luz que tomó forma,
un Amor que tomó forma, e incluso esta forma jamás puede quedar. Si no, ya no
seríamos más lo que somos.
No estoy incluso seguro de poder comprender
vuestras preguntas, si las hay. Sólo os podría comunicar la Alegría. Pero os
aseguro que la Alegría es la más bella de las respuestas. Además, no entiendo
ni veo lo que no es la Alegría. Sé simplemente lo que sentimos cuando la
Alegría se apaga, os lo dije. Y cuando la Alegría se apaga, entonces,
desaparecemos y reaparecemos en otras partes, allí donde está la Alegría. No
tenemos ninguna voluntad propia, ningún destino o intención propia, solo
estamos vivas. Nos alimentamos de nuestra propia alegría y ponemos la Alegría
allí donde estamos. He aquí lo que somos. Lo que os podemos decir en todo caso
con palabras, porque no hay nada mejor que de vivirnos y acercarnos. En cambio,
no nos pidáis nada, puesto que no sabemos hacer estrictamente nada. Solo
sabemos ser simplemente la Alegría, y esto basta ampliamente para nosotras.
Pero siempre estamos disponibles, no por voluntad o sentido de servicio, sino por el mismo hecho
de esta Alegría que es lo que somos. Podríamos decir que somos, en cierto modo,
una de las primeras emanaciones de la Fuente, en todo mundo, en todo lugar,
como en toda conciencia.
Siendo la Libertad, es evidente que nuestra
presencia sostiene en alguna parte el proceso que vive la Tierra, que ni nos
molesta, ni nos contraria, y no cambiará nada además nuestra alegría. Ella será
la misma. Ella será tal vez más visible para vosotros y nos desenmascararemos
de un modo cada vez más sensible. No a través de nuestra forma que, como dije,
es muy difícil de percibir ya que no está fija, tal vez, todo lo más veréis una
niebla con formas redondas, más o menos grande, más o menos pequeña, pero sobre
todo sentiréis esta Alegría que sólo podéis encontrar en vuestro Corazón. No es
una alegría de satisfacción, es una Alegría que nace de sí misma. Es lo que
llamáis el Corazón del Corazón o la Infinita Presencia, o el éxtasis. No
necesitamos de todas estas palabras porque en cuanto que esto sea natural, que
esto sea nuestra esencia, todo lo que llamáis palabras es superfluo;
intercambiamos por la Luz. A veces, la Luz puede tomar unos sonidos, unas
coloraciones, es lo que veis en la superficie del agua, en el aire por encima
del agua, en los movimientos del agua y del aire.
Allí donde estamos, como dije, justo al lado
nuestro, están las hadas.
Hoy, a causa de las circunstancias, al parecer,
de la Tierra, os vemos, y os percibimos. Vuestra forma nos molesta, pero
percibimos más allá de la forma, como dije. Estamos en vuestros líquidos y
estamos relacionados con ellos, todo el tiempo. No para conocer vuestra
intimidad, vuestra vida, vuestra forma, vuestra historia, sino para poner la
Alegría y el calor de la sangre. No somos el Fuego, sino el Fuego de arriba –
el Agua del bautismo es un Fuego también. Es lo que se aproxima, de lo que ha
sido llamado el Impersonal, el Último.
Porque el Agua está constituida de Fuego, por
supuesto. Mirad lo que llamáis la química. Mirad los átomos, y el agua no es
nada más que el fuego en otro estado.
No tengo nada más a daros, ni en palabras ni
de otro modo. Somos la Alegría, permanecemos y seremos la Alegría, como siempre
fuimos la Alegría y la Ligereza. Todo lo más, a causa de la iluminación que hay
sobre la Tierra en este momento, vemos, y lo vemos todo. Y al mismo tiempo, no
vemos nada porque sólo la Alegría nos afecta. Pero no veáis aquí una afectación
en el sentido humano. Estar afectado, es simplemente reaccionar, no por una
emoción – que no conocemos – sino por la plasticidad de nuestra forma y de
nuestra vida.
… Silencio …
Y en esta Alegría que somos, jugamos con
vosotros el juego de la Alegría y el juego de la Libertad, no conocemos otro
juego.
Ni transformamos los lugares ni aseguramos lo
que sea en relación a la Tierra. Además, esto limitaría nuestra Alegría, y sin
Alegría, ni me atrevo incluso a pensar en eso – además ni podemos pensar en
eso.
Sabemos, cuando somos vuestra sangre, que hay
en vosotros innumerables cosas, innumerables estructuras, innumerables sectores
de la conciencia que están todavía fijos y rígidos. Pero en cuanto hay líquido,
tan pronto como haya algo que circula, entonces la Alegría está allí, y estamos
allí.
Cuando estáis en alegría, sin razón, o sin
tener un objetivo, estamos ahí.
No tengo muchas más palabras que daros, simplemente
invitaros a celebrar la Alegría con nosotras. Oh, no necesitáis de ceremonias,
venid con el Corazón ligero, no penséis en nada, porque es en la espontaneidad,
sin meta detrás vuestro, ni pensamiento delante vuestro, que dejamos la Alegría
estar con vosotros.
No somos tampoco un linaje como pueden el ser los
dragones o algunos elfos, porque el agua no se acomoda de ningún linaje ni de ningún
origen.
… Silencio …
Las palabras además – y lo noto ahora, lo
notamos claramente –, son muy limitantes. Son pesadas, son engorrosas. La
Alegría no necesita ni de palabras, ni de explicaciones.
En la Alegría sólo puede haber Amor. Pero
ningún amor acostumbrado sobre este mundo, un amor, por supuesto, sin condición
como decís, pero un amor libre, no teniendo forma fija, no teniendo identidad
fija. ¿Cómo ser más Libre que eso?
No estamos afectados ni por vuestra dimensión,
ni por ninguna dimensión, como dije.
Estamos simplemente en todas partes, como el agua está en todo.
Podemos deciros, porque esto os debe hablar,
porque somos también el Espíritu del Agua. Lo mismo que hay un Espíritu del Sol
que tampoco tiene forma, nosotros, las ondinas, nosotros llevamos el Agua. El
agua, para vosotros humanos, es también el inconsciente, las emociones. Esto,
lo vemos, pero no estamos concernidos. Pero en cuanto que hay la menor onza de
alegría, entonces estamos todas concernidas, todos juntos, dondequiera que sea.
Por supuesto, estas experiencias y este logro,
ya que es eterno, os es ocultado desde hace mucho tiempo, salvo para algunos de
vosotros. En los lugares donde nos
condensamos un poco más, en lo que llamáis los troles por ejemplo, pero también
en algunas salamandras o en algunos silfos.
Entonces os podéis servir de nosotras. No
olvidéis que la única posibilidad de contacto es la alegría y la serenidad.
Incluso si hay a veces una cierta forma de exuberancia, en vosotros, esto no
nos molesta para nada porque somos también muy exuberantes, en el sentido que
lo entendéis.
Definitivamente, las palabras no están hechas
para nosotras. Las encuentro y os las digo, tratando de acercarme a una
descripción que nunca puede ser descrita incluso por mí misma, incluso por
nosotras mismas, allí donde vivimos. Entonces retened simplemente la Alegría y
la Ligereza que manifestamos en los lugares donde aparecemos, y venid, no
encontrarnos en el sentido de un encuentro con un elfo o un dragón, porque
esto, no lo podréis, pero venid a encontrar la Alegría. No os fijéis en una
forma cualquiera que sea, incluso si veis una forma. No os fiéis de un nombre,
hasta del que os di, porque tenemos todos los nombres que queremos.
Venid con el Corazón ligero cerca del agua y dejaos
llevar, pero venid ligeros, olvidad todo el resto, guardad sólo la alegría al venir
a vernos. No para encontrarla, porque el simple hecho de buscarla ya os pone en
falta de alegría; tened simplemente presente en vuestra cabeza que la alegría
debe estar delante vuestro. Entonces por supuesto, creo que os han sido dados
unos elementos, en particular minerales, que podían atraernos, si puedo decir,
o en todo caso permitir poner la alegría por delante. Estas piedras, las
conocéis, han sido llamadas de diferentes modos. Existen además tantas como lo
que somos.
Las piedras de las hadas también nos dan ganas
de jugar los juegos de la alegría. Las ofrendas también, como con los elfos –
pero estas ofrendas sólo pasan, ellas, porque están en el agua – es una ocasión
de júbilo. No consideramos esto como un obsequio o una ofrenda, como lo
llamáis, pero bien el testigo de vuestra alegría.
Somos muy sensibles también a un color, creo
que lo llamáis así, y este color es el azul. El azul del agua, el azul del
azur, el azul del aire, es muy agradable para nosotros y nos llena de alegría.
¿Qué quiero decir aquí? Simplemente traernos algo azul o haceos azules vosotros
también, en lo que enmascara vuestra forma como en vuestro Corazón. Todos los
azules son posibles. Porque el azul, más allá de todos los conceptos que os han
sido explicados por algunos Ancianos, el azul está vinculado a la vez al agua y
al cielo, y el azul es la Libertad. Oh, no solamente el azul que podéis ver con
vuestros órganos de los sentidos, ya que nosotras, hablamos sobre todo de la
emanación de luz que está reflejada por el azul.
Tomad una piedra azul con vosotros, o blanca,
venid a vernos, porque estaremos en ese momento todavía más alegres de ver este
color, o este mineral, o esta prenda, y esto pondrá más alegría entre nosotros.
… Silencio …
Os pedimos también, si os acercáis, de olvidar
no solamente lo que no es la Alegría, sino sobre todo lo que os puede parecer
ser serio en vuestra conciencia, porque la seriedad, para nosotros, no quiere
decir estrictamente nada, y nos hace desaparecer también. No somos quienes
decidimos, recordad, estamos guiados por la Alegría y únicamente por la
Alegría.
… Silencio …
Creo que no tengo realmente más palabras que
añadir, entonces vamos, nosotras las ondinas, si lo permitís, aquí o en todas
partes en donde estéis sobre la tierra, a causa del período, simplemente por
nuestra Presencia, en cierto modo a hacer crecer vuestra alegría. Nosotras, la
nuestra no crece, ella es inmutable. Y además, en cuanto que ella tienda a
desaparecer o a disminuir, nos vamos a otra parte.
… Silencio …
No podré además responder a vuestras preguntas
porque toda pregunta, incluso si está justificada en el transcurso de la vida,
embrida un poco la Alegría. Sólo os puedo proponer la Alegría, estamos aquí
para eso.
… Silencio …
En alegría, ¿lo estáis, aquí o en otras
partes? Recordad que la Alegría no depende de este cuerpo rígido o de vuestra
historia, es una actitud interior que ignora todo lo que no lo es. Por supuesto
no sois unas ondinas, aunque os podéis fusionar con nosotros.
Concluiré con estas palabras: tal vez que en
alguna parte nosotros somos el reflejo sobre vuestro mundo del Absoluto, del
Último como lo nombráis, nunca fijos, nunca fijados, totalmente Libres de ser
esta forma u otra forma entre nosotros. La Alegría no es tributaria de nada,
como no somos tributarias de nada.
Creo que no tengo definitivamente más
palabras, aparte de invitaros a celebrar la Alegría. Si pudierais ver cómo
cinco minutos de alegría en vuestra vida, de sonrisas y de risas, bastan para
transformar todo lo que puede parecer fijo en vosotros; si podrías ver eso,
hasta no podrías comprender cómo pudisteis vivir sin alegría, cualesquiera que
sean los sufrimientos y lo que llamáis pruebas.
He aquí, que agotamos las palabras. No sirve
para nada de decir lo que sea de otro. Os dimos las líneas principales de lo
que podéis comprender. El resto, venid a daros cuenta de eso por vosotros
mismos y veréis que no hay palabras. Que todas las palabras que podríais
emplear sólo restringen y sólo limitan porque en cuanto viváis la experiencia o
las experiencias con nosotros, estamos fuera del tiempo, fuera del espacio,
fuera de las dimensiones porque estamos plenamente vivos.
Somos Eolia, y mi esencia se expresa en
nuestra esencia y en vuestra esencia. Os esperamos para compartir la Alegría.
Habría sido mejor además de decir simplemente estas palabras y todo lo demás no
tiene ninguna importancia. Para vosotros el tiempo ha llegado de vivir esta
Alegría; cualquiera que sea lo que pase en vuestra forma, como en vuestra cabeza,
la Alegría es accesible. Ella llama a vuestra puerta como aquel que llaméis el
Cristo llama a vuestra puerta. Así como la Llamada de María os pondrá en
alegría.
He aquí nuestras palabras, no habrá otras.
Habrá simplemente la Alegría, y esto es ampliamente suficiente. No os podemos
abrazar por nuestra ausencia de forma fija, sólo podemos atizar el soplo de la
Alegría alrededor vuestro. Somos Eolia...
… Silencio …
Que llaméis a esto bendición, emanación,
Presencia, Ausencia, yo diría que vivamos un momento de alegría.
… Silencio …
Somos Eolia como vosotros sois Uno con
nosotros, a pesar de las aparentes barreras para nosotros y para vosotros, de
momento, de vuestra forma, y sobre todo de vuestra razón. La razón no es de
ninguna utilidad en la Alegría. Y sobre todo no creáis lo que digo, sino venid
a vivirlo con nosotros.
… Silencio …
Ahora os saludo, es el momento para todos
nosotros de regresar hacia la Libertad.
Y en la ligereza del Amor, os saludo entonces,
«nosotras» os saludamos. Entonces no os abrazo, sino que os estrecho en mi
Eternidad.
Creo que hay que decir hasta la vista.
*
* *