BIDI - 2
13 de Julio de 2012
El hecho de ver la inutilidad de tus propias preguntas son las primicias del Abandono del Sí. Y por tanto, efectivamente, lo que se vive es un Bascular. Es el momento en que todas las cuestiones que puedan surgir en la conciencia, en tus pensamientos, te es permitido verlos como que no cambian absolutamente nada de lo que tú Eres. El hecho de que estas cuestiones desaparezcan o que a veces, te digas: “¿para qué?”, basta para alejar los pensamientos, hacerlos ineficaces respecto a tu Yo Soy. Y esto es efectivamente, el Basculamiento, no hacia el Absoluto (lo que es imposible) sino más bien el último Basculamiento del Yo Soy a la Infinita Presencia. Es el momento en que hay, efectivamente, dentro del Yo, la aparición de “¿para qué?”, que no es un dimisión, sino más bien situar las cuestiones en su sentido original. Es decir un cuestionamiento sobre una causalidad: causalidad que pertenece, de manera permanente, a lo efímero. En el Absoluto no puede existir la mínima cuestión. La Vida se vive en la Paz, en la Alegría y sobre todo en el Éxtasis, donde toda cuestión que pueda aflorar no interesa más que la causalidad misma: “dónde está la llave de la puerta” y tampoco, “donde esta mi vía” y aun menos, “donde está la Puerta Interior”. Las cuestiones permanecen en el dominio de la causalidad inmediata de la vida de este saco de comida y de este saco mental pero no interfieren de ninguna manera sobre la propia Conciencia, respecto al Yo Soy. Solo el “yo” puede estar implicado, como una acción o una actividad mental, necesaria por ejemplo, para conducir un vehículo. Pero las cuestiones se extinguen por sí mismas sobre el sentido de la vida, sobre el sentido de la Presencia o la Ausencia. Esto revela efectivamente, la inclinación del Yo Soy en su última manifestación, llamada Infinita Presencia. Hay pues, seguramente, en el mecanismo mismo de las cuestiones que os planteáis, una orientación sobre la situación de vuestro punto de vista. Si vuestras cuestiones dirigidas a la causalidad, se ejercen en una causalidad espiritual, estáis muy lejos del Absoluto donde él está, más aun, muy lejos de vosotros, a causa de vuestro propio alejamiento. Porque al mantener una cuestión sobre el sentido mismo de vuestra propia vida, o sobre cuestiones espirituales, mantenéis una distancia artificial entre lo que Sois vosotros, en Verdad y lo que manifestáis. Mientras que haya pregunta y repuesta, como nosotros hacemos, no puede haber Absoluto: hay acercamiento o alejamiento, según el punto de vista que es vuestro o que es mío. El Absoluto no conoce ninguna cuestión. Es Absoluto es evidencia. No se mezcla con lo que contiene, es decir el relativo. Si os cuestionáis sobre vuestro pasado, sobre vuestras relaciones, sobre vuestro futuro, sobre mañana, en un camino espiritual, vosotros mismos os estafáis. No tenéis ya necesidad de una estafa exterior, vosotros os dilapidáis en la ilusión. Cuando el Absoluto está ahí, desvela, revela, no puede existir cuestión. Cuando el Doble os toma ¿qué puede existir como cuestión aquí, en este cuerpo? la cuestión puede venir después de la vivencia. Si llega durante la vivencia, la Comunión, la Disolución, la Onda de Vida, todo esto se para. En este sentido es en el que os hemos dicho que permanezcáis tranquilos, no hagáis nada, ni siquiera observar ni ser el Testigo. Por el contrario, plantearos todas las cuestiones que queráis para comprar un vestido, pero no sois el vestido. No sois siquiera lo que está en el vestido. Lo que vosotros Sois, no llama a ninguna cuestión, porque es una evidencia y desde el instante en que vosotros lo Sois, ninguna duda más, ninguna pregunta puede surgir. Vosotros estáis más allá del “yo”, más allá del Sí, más allá de la causalidad. Vosotros Sois la Gracia. La Gracia no se interroga jamás a ella misma. Mientras que tengáis la impresión de evolucionar, de progresar, de acercaros o de alejaros, permanecéis en la causalidad, en la acción/reacción. En el Absoluto, hay lo que vosotros Sois, por Esencia y por Naturaleza. Todo lo demás es superfluo. El cuestionamiento sobre lo espiritual solo es un timo. Cuestionar no es refutar. Cuando Sois Absoluto, lo sabéis, porque lo vivís. No puede surgir ninguna pregunta sobre lo que Sois. La pregunta ya es una toma de distancia, la percepción de una distancia, de un objetivo, de algo que encontrar, que buscar, que explorar. Cuando todos esos juegos han cesado, es cuando el Absoluto Es.
Pregunta: ¿cada vez más me siento como un corcho en el mar, sin brújula ni compas?
Volveré sobre una frase que es clave, porque corresponde exactamente a lo que describes. Has dicho que eres como un corcho en el mar, lo que muestra con evidencia, que dejas que la vida se dirija por la corriente de la vida. Pero ¿por qué haces una distinción entre el corcho y el mar? Tú no eres el corcho: tú eres el mar que contiene el corcho. Si cambias ese punto de vista y comprendes esto y lo vives, el Absoluto está ahí. Hay aun, una toma de distancia. Tú te has dejado llevar por la vida, por la Onda de Vida pero aun no eres la Vida, porque consideras que eres el corcho en el mar. Es el mismo ejemplo que lo que yo llamé el teatro, la escena, el espectador y el que acepta salir del teatro, para ver que el teatro ya no existe. De igual forma, te invito a ser el mar y no el corcho. En un momento dado verás que no hay ni mar, ni corcho, sino que tú eres el conjunto de todo esto. Se refiere también, a lo que he llamado las capas de cebolla. Date cuenta de que más allá del observador, de la Fluidez nueva que vives, hay algo detrás de este observador que no se ha movido nunca, que siempre ha estado ahí y que no pone ninguna distancia, ninguna separación entre el corcho, el mar y todo lo demás que no existe. Si a ese nivel se hace un clic, tú cambiarás tu punto de vista. Tú no serás ni el corcho ni el mar. En ese momento, serás Absoluto. Te animo pues, más allá de la refutación que tú has realizado y de la encuesta, a des-identificarte del corcho, aunque ese corcho sea ligero y deje fluir la vida. Dejar que la vida te recorra, mostrarte la vida pero tú Eres la Vida y no lo que es recorrido por la vida. Ahí cesa toda proyección de la Conciencia en un “yo”, en un Yo Soy o incluso en un observador. Es muy sencillo. Sitúate en el lugar donde no hay movimiento, no en el centro del corcho, no en el centro del mar sino en el centro de Todo. Ese centro de Todo es el centro en cada punto y no en el centro. Ese centro ahí, es el centro real, que no tiene necesidad de estar localizado, porque cada punto es equidistante. Si tú entiendes esto, entonces el Absoluto está ahí. No hay necesidad de tiempo. En tu caso, no hay ya necesidad de refutar, ni de cuestionar, ni de encuestar. Acepta. Entonces, el Absoluto está ahí. Tú no eres ni el mar ni el corcho. Tú Eres lo que sostiene el corcho ya el mar. Ahí está el Absoluto.
Pregunta: ¿el Absoluto o Paz Suprema, es estar en la Simplicidad, la Humildad, la Transparencia, la Esencia misma de lo que Somos?
Desde el instante en que sois Humildes y Simples, desde el instante en que salís de todo rol, de toda función, no dimitiendo sino situándoos en el punto de vista justo, desde el instante en que no inter-actuáis más, por Transparencia, entonces la Onda de Vida, el Absoluto, puede Ser. Porque precisamente, no estáis más en la acción ni en la reacción. Pero entended bien que esto no os impide actuar. Es el punto de vista lo que cambia. Vosotros aceptáis que este saco de comida, que este saco mental haga lo que tenga que hacer. Pero no sois lo que se hace. Desde ese instante, el Absoluto está ahí. Es por tanto, una vez más, un cambio de posición, de mirada, de punto de vista. Es tomar conciencia primero, de que hay un observador, de que está la Vida y que esto se vive independientemente de vosotros. Es la salida de la implicación, es la salida del ego, es la Transcendencia del Sí, es la inclinación en la Infinita Presencia y es en fin, dejarse al Absoluto que Sois. Desde el instante en que vosotros no inter-actuáis más, que os quedáis tranquilos, en que hacéis lo que este saco de comida os manda hacer, lo que este saco mental os pide hacer, no estáis ya ligado a ellos. Vosotros contenéis eso, pero sois mucho más que eso. Ponéis fin a la separación, a la división, a la acción/ reacción, descubrís el Yo Soy, el Yo Soy Uno, la Infinita Presencia y ahí, si renunciáis a todo esto, nada de todo esto desaparece sino que vosotros desaparecéis de la Ilusión que consistía en creer que eráis esto. Hay pues una des-identificación, una des-personalización, una des-individualización que por supuesto, la mente va a llamar muerte. Pero vosotros no sois ni lo que ha nacido, ni lo que muere. Vosotros Sois lo que siempre ha estado ahí, que no se ha movido nunca. Es la Ilusión la que os hace creer que sois una persona, que tenéis un proyecto que realizar, que tenéis una vida que llevar, que tenéis responsabilidades. Y una vez más, esto no quiere decir que haga falta tirar al bebé, sino verlo como lo que es. Cuando ese punto de vista cambia, efectivamente, como se ha dicho en la cuestión precedente, la Fluidez está ahí. Y más allá de la Fluidez, tomáis conciencia de que no sois esta Conciencia y abandonáis incluso lo que habéis tomado. Y ahí es donde Sois Absoluto, con una forma. Sea lo que sea de esta forma, sea lo que se haga este saco, sois Liberados Vivientes. No estáis ya afectados por lo que le ocurra a este saco, no sois ya afectados por lo que cambien las relaciones. El miedo no puede existir más, no puede llevaros y conduciros por la nariz, porque veis claro. Veis claro porque aceptáis no ver más: os habéis hecho Transparentes, os habéis hecho Humildes y os habéis hecho Simples. Habéis hecho el sacrificio de vosotros mismos. Ahí está el Absoluto. Algunas Estrellas os lo han expresado y os han mostrado mediante su vida. ¿Dónde está vuestra confianza? ¿En vuestro “yo”, en vuestro Yo Soy, o fuera de este Mundo? Mediante la acción que realizáis, mediante las acciones y reacciones que conducís, demostráis lo que sois: Absoluto o no. Mientras que el miedo os dirija, mientras que vuestras heridas os dirijan, os estafáis a vosotros mismos. No existe ninguna solución en este Mundo, que permita sanar. La única cosa que tenéis que sanar, es vuestra creencia en vosotros mismos. La única cosa de la que tenéis que desembarazaros, es de lo efímero.
Pregunta: yo soy un angustiado y estresado perpetuo. Incluso el hecho de no tener pregunta, o al menos no poder formularla, me plantea un problema. Sin embargo no sé qué preguntar. Eso no quiere decir que no tengo todavía ataduras pero cuando planteo una pregunta, me parece tan evidente como si conociera la respuesta. Entonces, puede ser que no quiera ver algo, entre comillas, y que sin embargo me hace constatar que no vivo el Absoluto. ¿Podría apuntar la verdadera cuestión ?
Pero la verdadera cuestión, es que tú afirmas anticipadamente: « estoy estresado », « estoy angustiado ». Pero ¿qué es estar angustiado, estresado? ¿Por qué te identificas con eso? Hay un placer maligno en creerse estresado y angustiado. ¿Eres tú el estrés y la angustia? Qué es ese maligno placer de querer utilizar sus propias resistencias, sus propias ilusiones. El miedo es una atadura, la angustia también. Es muy fácil decir que esto viene de una herida, que se vivió en la infancia, en el pasado, en una vida pasada, pero nada de todo esto existe. Cuando dices: “estoy estresado, estoy angustiado”, te condenas tú mismo, porque te apegas a eso. Llega una manifestación al saco de comida, al saco mental y tú estás persuadido de ser eso. ¿Cómo quieres estar en Paz? Mientras que estés identificado a esto, mientras que digas: “estoy enferma”, ¿Cómo puedes esperar estar sano? La mejor forma de estar sano es dejar a este saco desenvolverse, sin intervenir. Mientras que creas que te vas a ocupar, te planteará problemas porque das peso a lo que no eres. Tú te has identificado, no ya al Yo Soy sino al estrés y la angustia. Eso no puede funcionar y no funcionará jamás, mientras que des peso a ese estrés, a esa angustia, a esa depresión o a esa Alegría, incluso, porque tú no eres nada de lo que pasa. ¿Qué quedará del estrés y de la angustia cuando estés muerto? Explícamelo. El objetivo no es encontrar de dónde viene, el objetivo no es decir: “yo soy así”, porque es falso. Tú te has identificado abusivamente a eso y por tanto, abusas de ti mismo. El miedo y el Amor, el miedo o el Amor. Estrés y angustia equivalen al miedo. Pero si el estrés y la angustia están ligados al amor, no al Amor, es una atadura. Porque el Amor hace Libre. Si el amor no te hace Libre, no es Amor, es una proyección del amor en sentido humano y por supuesto, esto ¿qué genera? El miedo de la carencia, el estrés, la angustia, el vacío, el duelo, la pérdida. ¿Eres tú todo eso? Date cuenta: no depende de tus creencias. Porque tú crees ser el estrés, tú crees ser tus angustias, tú te crees propietario, te fastidien o no. Tú no eres propietario de nada. Ni del estrés, ni de la angustia, ni de la Alegría, ni del Amor. El estrés, la angustia, el miedo, la carencia, el amor (en sentido humano), te remiten ineludiblemente a la carencia, al miedo al vacío y a la soledad. Por lo tanto, es considerar ya que estás cortado, separado, dividido. Es dar peso a lo efímero. Mientras que tú aceptes, mientras que te identifiques a un miedo, a un estrés, a una angustia, a una depresión ¿cómo quieres ser Libre? Entonces me vas a contestar (acción/reacción): “voy a luchar en contra”. ¿De dónde viene mi estrés, de dónde viene mi angustia? Y ciertamente, habrá siempre una razón en tu historia, en tu pasado, en tu karma. Pero ¿quién está concernido por esto? El Yo, por supuesto, el ego. Así que, el Yo Soy te va a proporcionar un pensamiento. Vas a vivir momentos en que todo esto va a desaparecer, cuando meditas, cuando estás en Samadhi. Y esto pasa del uno al otro y no se para jamás. Y crees que a fuerza de vivir los Samadhis, los momentos más felices, le malestar va a desparecer. Pero ni malestar ni felicidad pueden resolver la ecuación. Tú estás más allá de todo eso. Entonces es necesario, refutar. Es necesario situarse en otro lado. Eso no quiere decir no aceptar ver. Pero una cosa es aceptar ver, sentir y otra cosa es identificarse. Tú mismo das cuerpo a los sufrimientos del cuerpo. O das cuerpo tú mismo, a los sufrimientos del saco, de la mente. Y por tanto, tú te atrapas a ti mismo. Por supuesto es seductor encontrar una explicación. Pero ninguna explicación permitirá superar esto, porque esto permanece a nivel de la acción/reacción.
Pregunta: ¿por qué me duermo con la lectura de BIDI?
Es la mejor de las cosas que te puedan ocurrir. Como he dicho anteriormente, lo que se lee no es lo mismo que lo que se oye. Algunas de las palabras que yo pronuncio tienen la facultad (cuando las lees) de provocar en ti, un mecanismo que va cortocircuitar la mente. El mecanismo de adormecimiento que vives, es un aprendizaje, si puedo decirlo así. Los mecanismos que te permitirán, en un momento dado, Ser Absoluto. El mecanismo de adormecimiento, como se ha dicho, es totalmente superponible al Absoluto, en la medida en que (sea en el Yo o en el Yo Soy), te da a ver y a vivir, desde tu punto de vista, lo que es la desaparición de la Conciencia, donde el mundo desaparece, o el Yo desaparece y donde el Yo Soy desaparece. Llegará un momento en que esta desaparición de lo que es limitado y efímero, se traducirá para ti, por el emplazamiento de tu Conciencia en la no-Conciencia, es decir, el mecanismo que te revela a ti mismo, en lo que tú Eres, desde la Eternidad, en lo que tú Eres, en Absoluto, más allá de cualquier proyección, de cualquier conciencia, de cualquier lucidez y de cualquier sentido de identificación, sea a una persona o a un individuo. Es por tanto, si puedo expresarlo así, un signo muy bueno. Yo decía también que, a menudo, cuando me expreso, estáis a la escucha, pero no oís necesariamente. O si no, oís sin escuchar. El objetivo no es alimentar vuestra mente, sino crear una sacudida necesaria y suficiente que os deje ver o percibir una modificación de vuestro punto de vista. La percepción que tenéis de mi voz o de mi presencia se traduce para vosotros, precisamente por lo que falta. Algunos entre vosotros han podido decir no sentir Amor u otra cosa. Lo importante no es en este caso, el sentir sin la acción que se produce en ciertas partes de este saco, dirigidas a aminorar las resistencias, a aminorar la identificación al Yo, la identificación al Sí, que os permite aproximaros a ese indecible.
Pregunta: ¿cómo no ser perturbado por el contacto con otros que no están en la misma energía?
¿Qué es lo que entiendes por “misma energía”? Te resituaré esto más aun “en la misma Conciencia”. Mientras que haya una distancia, mientras que haya la percepción de que tú eres tú y que hay otro, cualquiera que sea ese otro, hay evidentemente, una distancia y una separación. Esta distancia y esta separación vienen del posicionamiento dentro de la personalidad (e incluso dentro del Sí), haciendo que experimentéis una diferencia, esta diferencia se puede expresar bajo forma de disonancia. Así pues, cualquier proyección de la Conciencia, sea a partir del Yo, sea a partir del Sí, se traducirá sin duda por resistencias, por disonancias que vienen a alterar, en un primer momento, el sentido mismo de tu identidad o de tu persona. A través de la repetición de las experiencias, te será dado vivir la instalación de la no-separatividad, de la no-distanciación, más allá de la voluntad de amor, más allá de la comunicación, más allá de la relación, llevándoos a preparar lo que se vive, una vez que las puertas de la muerte sean franqueadas. Es decir no ya una comunicación, no ya una relación, sino más bien el Amor, en su sentido más transfigurado, el más auténtico, es decir donde no existe ninguna barrera. Entended bien que no es tu Conciencia del Sí la que está alterada, sino las disonancias existentes en los diferentes sacos de comida, sacos de capas, que se confrontan el uno al otro, cada uno con su Ilusión personal, cada uno con la impresión de estar separado y distanciado. En este mundo, os comunicáis mediante palabras, por expresiones, por sobreentendidos, por Vibraciones, por emanaciones. Vuestra emanación viene a encontrar otra emanación. En el Absoluto, esto no existe. La Transparencia es total, permitiendo dejarse atravesar por la información, sin retener nada (de esta emanación), sin alterar nada, sin estar en disonancia. La disonancia mantiene ella misma, por ella misma, el principio de separación existente sobre lo que cae bajo los sentidos, sean los ojos, sea la propia Conciencia. Todo esto pertenece a lo efímero. En lo que se llaman las otras Dimensiones, como en el Absoluto, ese principio de separación y de resistencia, llamado disonancia, no puede ser manifestado, ni siquiera conceptualizado. El encierro crea su propio sufrimiento. El hecho de estar aislado, de no salir del saco de comida, del saco de pensamientos, os hará sin falta encontrar los mecanismos de disonancia. Todo lo más, instalándoos en el Sí, en la Unidad y en el “Yo soy Uno”, vais a limitar los fenómenos de disonancia y vais a poder manifestar la ley de Gracia, manifestar lo que llamasteis la Fluidez de la Unidad, que os permite acercaros a la Alegría, vivir la Alegría. Pero todos habéis vivido las contrariedades de este mundo, un día u otro (excepto si os mantenéis en Samadhi permanente), os van a encontrar. Este principio de disonancia está inscrito en el principio de la personalidad, en el principio de separación, en el principio de aislamiento, que vivís. No podéis escapar. Solo aquél instalado en el 4º estado de la Conciencia, llamado Turiya, en el Sí, en la Infinita Presencia, llega a manifestar un sentimiento de permanencia dentro de la no-resistencia y de la no-disonancia, Interior como exterior, puesto que la distancia, Interior como exterior, no existe ya. Sin embargo, esto no se instala en la duración porque estáis inscritos en este cuerpo, en un principio efímero. Lo efímero tiene por función mantener lo efímero. La disonancia (o la resistencia) forman parte de la constitución misma de este cuerpo, de este saco de comida, como de este saco mental. No podéis escapar mientras que vuestro punto de vista siga siendo el de vuestro cuerpo o mente. Solo siendo Absoluto, Revelado, Desvelado (sea el nombre que le deis), podéis sentir la resistencia, la disonancia, Interior como exterior, sin ser afectado porque en ese momento, sabéis pertinentemente que no sois ni este saco de comida, ni este saco mental, ni nada que exista dentro de este mundo.
Así, las leyes que vivís (y que nosotros vivimos cuando estuvimos encarnados) no son en absoluto superponibles con lo que ocurre en las Dimensiones otras y aun menos en el Absoluto, sobre todo si ese Absoluto se hace sin forma. El principio de separación es, muy exactamente, lo que ha permitido a la Conciencia, aparecer. Conciencia que se divide, como sabéis, en subconsciente, consciente, supra-consciente. Pero ¿qué es lo que ha generado la Conciencia? Plantearos la cuestión. ¿De dónde viene la Conciencia? No de dónde viene la personalidad, no de dónde viene el alma, no de dónde viene el Espíritu, sino ¿de dónde viene la Conciencia? La Conciencia es una proyección al exterior de alguna cosa que no era consciente y que sin embargo, es el Todo. Eso es el Absoluto. Todo mecanismo de proyección no debe ser considerado únicamente como exteriorización, sino también como una interiorización, es decir a la noción de un movimiento. El Absoluto es el centro, presente en cualquier punto. Es por tanto no-movimiento, no-acción, no-ser. Es lo que vosotros Sois, es lo que nosotros somos todos. Ese “todos” que por cierto, no existe. El principio de separación es la experiencia de la Conciencia, cualquiera que sea el nivel, a partir del nivel más denso hasta Turiya. Así, no podéis escapar a las leyes de lo efímero: este cuerpo aparece, este cuerpo desaparecerá. Esta mente aparece, esta mente desaparecerá. Y vosotros, ¿dónde estáis? Ni este cuerpo, ni esta mente, ni ninguna de las proyecciones de la Conciencia, que no son sino experiencias efímeras. De igual forma, pasando de Dimensión en Dimensión, en los mundos Unificados, queda una conexión a La Fuente y sobre todo, al Absoluto. Es el Absoluto que subyace las Dimensiones, es el Absoluto que permite la Conciencia. Pero la Conciencia no es el Absoluto. Es parte integrante. Está contenida en el Absoluto, es el soporte, es la manifestación Interior como exterior, dividida o no dividida. Por supuesto, los mecanismos de disonancia y de resistencia, tal como tú los expresas, están ausentes en los Mundos llamados Unificados, a causa de la Transparencia, Transparencia del saco, aunque ese saco no tenga nada que ver con su aspecto lábil, en este mundo. Cualquier saco es mutable. Vuestro saco aquí, cambia de día en día pero aparece entre lo que se llama el nacimiento y la muerte. En los Mundos Unificados, el saco es mutable, ninguna forma está fija: lo que explica la Transparencia, la mutabilidad, la continuidad y por tanto la conexión a La Fuente, así como el contenido en el Absoluto. Así pues, ninguna disonancia puede desaparecer realmente. Todos vosotros conocéis en vuestras historias, en vuestra experiencia en este mundo, el desarrollo de todas las historias, el desarrollo de todas las sociedades, de cualquier célula, de todo lo que está vivo, de todos los sistemas, de todos los conceptos. Hay aparición, hay crecimiento, hay culmen, hay decrecimiento y después hay desaparición o muerte. Esto es válido para una célula, es válido para todo lo que existe, que podéis ver, vivir, percibir dentro de este mundo. Lo que no existe evidentemente en las Dimensiones Unificadas, como en el Absoluto con o sin forma.
No podéis oponeros a la disonancia. Porque al oponeros a la disonancia, mantenéis los lazos, mantenéis el encierro, mantenéis la Ilusión. La única forma de salir de la Ilusión no es renegar de la vida, sino situarse en otra parte, cambiar de punto de vista, refutar lo que es efímero, para vivir en este saco, el Absoluto con una forma. Solo en ese momento, las disonancias reales que pueden alterar lo que sois, no pueden durar, ni afectar largo tiempo, ni siquiera lo efímero, lo que Sois en Absoluto. Las consecuencias no son las mismas, según estéis establecidos en el “yo”, según estéis establecidos en el Sí, según viváis la Infinita Presencia y según Seáis Absolutos. La intensidad de la disonancia puede vivirse también, siendo Absoluto. Pero es extremadamente fácil salir de esta disonancia, para aquél que ha efectuado los Pasajes de “yo” al Sí, y del Sí al Absoluto, cuando el Absoluto se ha revelado.
No podéis luchar, porque asimilar vuestra conciencia a la lucha refuerza la oposición, refuerza lo efímero y refuerza la Ilusión. Ningún perfeccionamiento dentro de este mundo, podrá aportaros la Verdad, la Liberación, solo, en definitiva, la propia Conciencia al desembarazarse de sí misma, es decir del observador, puede establecerse Absoluto. Los obstáculos son muchos. El primero de los obstáculos no es la disonancia, el primero de los obstáculos es buscar, no tenéis nada que buscar: mientras busquéis, os alejáis. Mientras que paséis el tiempo buscando lo que no tenéis, creáis disonancias, os alejáis. Si os contentáis con lo que siempre ha estado ahí, es decir vosotros, más allá del “yo”, más allá del Sí, ninguna disonancia puede alteraros, ningún sufrimiento puede haceros sufrir. Lo que sufre es lo efímero. Sabéis muy bien que cuando hay una pérdida, se expresa un sufrimiento. Sea por la muerte, la pérdida de un familiar, la desaparición de un allegado, de una situación, los cambios de lugar, a esto se le llama miedo. Porque el miedo es disonancia y resistencia. Y el miedo os inscribirá siempre en el « yo », y está aun presente en el Sí, desde que salís. Solo el Absoluto libera lo que Sois definitivamente, de aquello con lo que estáis ataviados en este mundo, que se llama miedo.
Mientras que tengáis miedo, por vosotros, por este cuerpo, por esta vida, por un acontecimiento, por una persona, no sois Libres. La Libertad es la Disolución del miedo. La Libertad es la ausencia de resistencia. No puede existir práctica en lo espiritual, que pueda hacer desaparecer definitivamente el miedo. La desaparición del miedo está ligada a vuestra propia desaparición como persona, como individuo, como modelo, como concepto, como percepción, como sentir. Porque todos esos elementos no son sino proyecciones, y cualquier proyección es disonancia, por esencia. Lo que está en causa, es el punto de vista, no es la Vida. La Vida, aquí como en cualquier parte, es perfecta. Si aceptáis eso, no como una creencia, sino estableciendo los fundamentos de igual forma que en el caso de la refutación y la encuesta, viviréis con seguridad, el fin de la disonancia. La cuestión se resume solamente en esto: ¿queréis ser Libres? Pero no podéis pretender ser Libres y estar encerrados en ninguna parte, ni siquiera en el Sí. La Libertad es la ausencia de disonancia, la ausencia de resistencia, y el estado de Transparencia que se apoya sobre la Humildad, la Simplicidad. Algunas de las Estrellas os han dicho que no eran nada en este mundo. Si no sois nada, Sois todo. Por supuesto, esto no va a ser aceptado ni por la personalidad, ni por el que se mira en el Sí. Mientras que miréis algo, no sois Libres. Por supuesto, existen estados que vosotros llamáis Vibratorios que resuelven de forma temporal, las disonancias: por la empatía, por la compasión, por el amor, por la tolerancia. Pero no son las virtudes morales, son virtudes a veces, espirituales, pero eso no es el Absoluto. Solo el Absoluto rompe definitivamente el encanto de la Ilusión, de la adhesión a una creencia, de la adhesión a una vida, de la adhesión a un mundo, sea el que sea. Eso no os priva de este mundo, mientras que el saco de comida esté presente, al contrario. Porque solo en ese momento, recorridos por la Onda de Vida, vivís la Verdadera Vida. Lo que vosotros llamáis la vida, en el yo como en el Sí, solo es la expresión de resistencias. El orgullo espiritual es eso. Aceptad desaparecer, aceptad ser el más pequeño y seréis el Todo. “Mientras que no os hayáis bajado vosotros mismos, no seréis Elevados”: tomo palabra por palabra, de lo que expresó el CRISTO. No hay nada más que vivir, en Totalidad, el camino de la Liberación. En todas las civilizaciones, en todos los países, tenéis seres que han superado todos los condicionamientos incluso siendo al principio, adeptos de un gurú, de una religión, de un concepto, de una filosofía. Desde el instante en que os liberáis de todo marco, de toda referencia, de toda creencia, de toda ilusión, en ese momento, Sois un Liberado Viviente. No tenéis necesidad de venir de tal cultura, o de tal religión. No tenéis necesidad precisamente, de Liberaros. Hay que osar ser Libre. No hay Liberación mientras que persista lo ilusorio de vuestro punto de vista. Lo que vuelve a decir que mientras permanezcáis en la acción y en la buena acción, mantenéis la reacción.
Permanecer tranquilo no es no hacer nada, sino dejar hacer. No es querer Ser, sino dejar Ser. Lo que tenéis que vivir depende de vuestra capacidad de considerar vuestra Libertad, vuestra Liberación, o no. Os hemos hablado (y sobre todo los Ancianos, más que yo) de los aspectos de la Vibración, puesto que la Conciencia es Vibración. Pero no podéis percibir lo que Sois, en Verdad. Porque vosotros Sois el conjunto de las Vibraciones. La única cosa que no podéis ver, sois vosotros mismos. Solo cuando las proyecciones externas de la conciencia, o Interiores, de la conciencia (cualquiera que sea el punto de vista, efímero y limitado, del “yo” o del Sí), desaparecen, es cuando el Absoluto se revela, como vuestra Esencia, vuestra naturaleza, vuestra perennidad, lo que jamás se ha movido, lo que nunca ha nacido, lo que no desaparece jamás. Cuando decís: “yo muero”, ¿quién muere? Lo que queda siempre, que mantiene la ilusión, es el miedo. Lo que se ha llamado, creo, ataduras de la personalidad a sí misma (ndr: ver la rúbrica “protocolos para practicar”). No hay nada que deconstruir, en definitiva. No hay nada que buscar. No hay nada que Ser: refutad todo esto y el Absoluto está ahí. Es instantáneo, no hay tiempo. Si consideráis un tiempo, os alejáis de lo que siempre ha estado ahí. La Paz Suprema, la Morada de Paz Suprema es muy exactamente, lo que llega a la conciencia que acepta desaparecer. Muchas Estrellas os lo han explicado, a través de su camino personal, a través de su historia y su experiencia.
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