Yo soy MA ANANDA MOYI, Hermanos y Hermanas en la carne y encarnados, vengo como depositaria de la vibración AL, la del FUEGO. Hace algún tiempo, había intentado explicarles y demostrarles el devenir del alma en cuanto a su cambio, en cuanto a su disolución y su desaparición con el fin de que el Espíritu y la consciencia no puedan ser trabados por ninguna atracción ni ninguna manifestación dentro de este mundo. La disolución del alma pone al descubierto al Espíritu como ustedes son en verdad.
Hoy vengo a mi turno a hablarles del Silencio. Una vez que el alma ha cambiado, que el Fuego ha aparecido, ésta se disuelve, dejando el lugar al Espíritu de Verdad que es Silencio. Ahí donde todos los elementos son armonizados y fundidos en un solo, al Centro del Centro, por el intermedio de lo que ha sido nombrado la Lemniscata Sagrada, de la Puerta OD a lo alto de vuestra cabeza y más allá. Los invito yo también a finalizar lo que deba serlo en ustedes y establecerse en el Silencio, el que, en la encarnación, yo he dejado ver en muchas ocasiones, extrayéndome de este mundo estando plenamente presente, pero en Espíritu, donde no existía ninguna necesidad ni de comer, ni de hablar, ni de moverse ya que es cuando todo hace Silencio que el Silencio se puede desplegar.
El Silencio es la antecámara del Amor. Él lo viste y lo transmite. Así, cuando el Silencio está presente, entonces el alma no está más en resistencia, ella ha desaparecido, y en ese momento, ustedes están desnudos y son verdaderos. Ninguna necesidad puede aparecer en el Silencio, cualquiera sea, necesidad que concierna a este mundo o necesidad concerniente a vuestra Eternidad ya que dentro del Silencio todo está realizado, ya que dentro del Silencio reina el Amor
Así, de vuestra capacidad a desaparecer a ustedes mismos en la manifestación a este mundo, estando en este mundo enteramente y totalmente, desnudo y verdadero, solo ahí puede encontrarse la Verdad.
Desde el instante donde ninguna suposición o ninguna manifestación y ningún discernimiento puede venir a alterar o modificar la Verdad del Amor, entonces, quizá como ustedes ya lo viven, se manifiestan a ustedes estos períodos de Silencio que se los puede fácilmente asimilar o comprender como sueño o una ausencia. Pero es dentro de la Ausencia a este mundo, por vuestra presencia en este mundo, que se realiza lo que ustedes son y no de otra forma, dejando callarse y desvanecerse la fricción de los elementos dentro de vuestros cuerpos y de vuestras túnicas sutiles, ya que si Silencio hay, Verdad hay, ya que si Silencio hay, el Amor está ahí.
Así mi vida les ha dado para leer hoy los relatos de mis éxtasis, donde la densidad de mi Presencia era tal que nadie podía mover este cuerpo, que ningún sonido, ninguna palabra y ningún pensamiento podía emerger dentro de la plenitud del Amor. Así hoy ustedes viven este Silencio, esta desaparición por instantes y por momentos y al regreso a la consciencia ordinaria, cualquiera sea el recuerdo o la memoria, queda lo más importante: ustedes están plenos, están saturados de Felicidad y de Alegría. Y aun cuando, vuestros ojos se abrieran a las fealdades de este mundo, ustedes no verían en él ni la desgracia ni la fealdad sino la belleza en devenir. Así se da forma el alma en los Atelieres de la Creación. Así se disuelve el alma en la plenitud del Espíritu. Entonces, durante el pasaje que está ahí, ¿qué quieren llevar como túnica? ¿Quieren ser libres y desnudos, sin túnica y sin voz, en la Felicidad total e incondicional del Amor? O quieren jugar los juegos, igualmente divinos, pero llevándolos a alejarse, aunque unidos, al Silencio del Amor y al amor del Silencio.
La crucifixión a nivel de vuestros vestidos y túnicas sutiles es un llamado y este llamado no se hace por las manos y los pies, como el Cristo, sino que se hace bajo los pies y a nivel de las Puertas AL y UNITÉ fusionándose en el Corazón. El Silencio es el espacio donde incluso nuestras Presencias distintas, la vuestra y la mía, como la vuestra y toda otra, desaparecen ambas en este acto de Amor. La disolución, como ustedes lo saben, es el comienzo de la verdadera vida en Cristo y en Unidad, vida que no se sobrecarga de ningún artificio y de ninguna túnica, donde nada está fijo, donde todo es movimiento y sin embargo todo está inmóvil. Los invito, Hermanos y Hermanas en la carne, por mi Presencia y mi radiancia, a instalarse y a permanecer en la Paz eterna y suprema de Shantinilaya. Dentro de este espacio no existe ningún juicio, ninguna posibilidad de ver otra cosa que el Amor en toda cosa y en todo ser, cualquiera sea el juego de la apariencia, cualquiera sea el juego de la Ilusión. Todo esto, para ustedes, solo puede existir desde el instante donde entrar al Centro del Centro por la Gracia del Silencio, y en la evidencia del Amor. ¿Qué existe si no es solo la Luz del Amor? Ahí está la Verdad, ahí está la puerta de entrada más allá de todo condicionamiento y más allá de toda forma en los espacios de la Verdad increada como manifestada o creada.
El cuerpo de Eternidad está ahora en ustedes o frente a ustedes para este Cara a Cara. Entonces, ¿están listos a desaparecer a ustedes mismos y a aparecer en la Verdad desnuda de la Eternidad? Recuerden que no hay nada que hacer, excepto vivir el Silencio, excepto vivir lo que está ahí. Ninguna circunstancia de este mundo, de ahora en adelante puede frenar o retardar lo que debe serlo y que lo es ya.
¿Les es posible desaparecer sin quererlo, sin desearlo, sin anhelarlo, simplemente en el Silencio de toda manifestación? Ahí se encuentra la puerta de salida y de entrada, ahí donde se encuentra, dicho de otra manera, el umbral que permite detectar el antes y el después del Encuentro, de la Promesa y del Juramento. Para eso, tienen que estar presentes a ustedes mismos en la Humildad, la más claramente expresada y manifestada. Así, ustedes tocarán, si no es ya el caso, el Samadhi, cualquiera sea su forma, o un éxtasis o un éntasis, o la densidad de vuestra presencia sobre este mundo, volviéndolos más pesados que la piedra y al mismo tiempo más ligeros que el aire, volviendo posible lo que ha sido nombrado en todo momento las manifestaciones místicas.
Para eso, el Silencio debe volverse Evidencia. La Evidencia de la Verdad, la Evidencia del Amor. Entonces, ¿qué hay que hacer, sino deshacer por la no acción, sino no dar motivo a una reacción cualquiera sea, en cualquier túnica o cualquier cuerpo que sea, el vuestro o el de otro? Ahí, liberado de toda ilusión, de todo juego, de toda dualidad, se encuentra el Femenino Sagrado, el que se les ha revelado y manifestado por la triple corriente de la Onda del Éter, que será explicitada. Pero la condición previa es este Silencio que es una retirada, no de este mundo sino más bien una retirada dentro de vuestro Eternidad, en el espacio previo a todo espacio, en el tiempo previo a todo tiempo, ahí donde se sitúa la emergencia de la manifestación. En lo que está ahí, ninguna palabra podrá ayudarlos a lo que sea; en lo que está ahí, está solo la perfección de la Alegría Eterna y el Amor; el Amor Esencia, el Amor manifestado como el Amor no creado. El Silencio es el espacio de resolución en estos tiempos y en este Templo. Porque si hay Silencio, hay Alegría y si hay Alegría incondicional, hay Amor y si hay Amor, todo está englobado en la misma Verdad, trascendiendo la Ilusión del bien y del mal, de la sombra y de la Luz, de lo verdadero y de lo falso, porque la Verdad no es de este mundo, entonces, ustedes, sean Verdad.
El Silencio es puerta y pasaje. El Silencio es trascendencia y superación del ego, no obligado por la voluntad o por la energía sino solamente por el estado de ser interior. En estos espacios de densidad y de ligereza, vividos en ese Templo como en esta carne en su totalidad, la desaparición de vuestras necesidades fisiológicas es el testigo fiable. En el espacio del Silencio, en efecto, no puede existir ninguna necesidad y ninguna interrogación, ya que todo está allí. En el espacio del Silencio, el conocimiento se vuelve ignorancia. En el espacio del Silencio, todo está allí, permitiendo a vuestro Templo y vuestra carne dejar la Luz realizar en totalidad la Disolución.
El alma es un médium. Como yo les decía, está tirada hacia la materia o se vuelve hacia el Espíritu y, cuando el alma encuentra el Espíritu, ella se quema con el fuego del Amor con el fin de desaparecer a ella misma porque el Espíritu no es el alma. Porque el alma puede estar en el ruido, el alma puede estar en el movimiento, mientras que el Espíritu no conoce nada de todo eso. Es lo que ustedes son y eso es un éxtasis sin fin donde no puede existir la menor interferencia y la menor dualidad. Saliendo del Silencio, ustedes van a notar que digan lo que digan, que hagan o realicen lo que sean llevados a hacer o a realizar, el Silencio estará siempre ahí, cualesquiera sean las palabras, cualesquiera sean las circunstancias, cualesquiera sean los encuentros. El Silencio es también la puerta de la Humildad, ahí donde existe la incapacidad de juzgar, la incapacidad incluso de condenar.
Entren cada vez más en el Silencio con el fin de dejar que el Amor se abra como una flor colmada de sol y de agua y que exhala su perfume de Alegría y de Plenitud. Así, quizá ustedes ya han vivido vuestra crucifixión en la puerta AL o en la Puerta UNIDAD, o también en la Puerta KI-RIS-TI; toda la región de este pecho donde se resuelve todo antagonismo o todo contrario. Ustedes están invitados. La calidad de vuestro Silencio dará la intensidad de vuestro Amor. El Amor no se mide, no se compara, pero es en sí más o menos intenso, y más se vuelve intenso, más trasciende, dentro del Silencio, la dualidad bien/mal y sombra /Luz, más el alma se borra y el Espíritu aparece. En este espacio, no hay ningún lugar para la menor manifestación, para la menor energía, para el menor contratiempo.
Hoy, en este día tan particular, los acompañaré de ahora en adelante a cada marcha del silencio, a cada revelación de la Evidencia, dándoles a vivir la beatitud más perfecta, ahí donde el Espíritu viene a fecundar la carne de este cuerpo con el fin de elevarlo en el Amor. Probar el Silencio, es probar la Eternidad. Probar el Silencio, es gustar la Eternidad. El Silencio ya está lleno de la Creación pero la Creación libre de toda alma y de todo condicionamiento.
Entonces, vengo simplemente a preguntarles si quieren Ser, si quieren ser Libres. Entonces, si es sí, el Silencio aumentará en ustedes, haciendo callar los opuestos, haciendo callar la oposición y haciendo callar los Elementos. Ahí donde no existe ninguna manifestación puesto que el Agua y el Fuego son trascendidos. El testigo y el observador que era el alma han desaparecido en sí mismo y se funde en su disolución con la Eternidad. Quieren ser el Silencio de este mundo con el fin de ser el Amor en los otros mundos, sin privación. Algunos de ustedes, en la carne, han concluido su Obra interior. En eso, no hay más historia personal ni historia exterior ya que la plenitud del Amor y del Silencio colma cada intersticio de la ilusión de esta carne, de la ilusión de este mundo. Solo el alma que resiste ve allí una nada, su propia nada. De la misma manera que el que tiene miedo de la muerte de este cuerpo no ha realizado su Eternidad, de la misma manera el que es exaltado por el fuego del alma no puede conocer el Silencio y su Eternidad. Por eso, hay que aceptar deponer todas las condiciones, todas las creencias y todas las ilusiones a la puerta de vuestro Templo. No hay otra elección, no hay otra posibilidad, no hay otra verdad. Todo el resto son solo juegos, todo el resto son solo distracciones y entretenimientos.
Entonces, vayan a lo más profundo de ustedes con el fin de descubrir allí si existen todavía deseos ligados al alma o si el alma se disuelve en la ausencia de deseo, en la ausencia incluso de todo mundo o de toda Creación. ¿Quieren ser todavía una criatura, quieren jugar todavía a los juegos de la oposición, quieren jugar al juego del sufrimiento, o quiere ser la beatitud, el néctar de la inmortalidad? De allí, se derivan vuestra elección y vuestra posición. De allí, se deriva el estado de vuestra consciencia. De allí, se deriva la Verdad o la Ilusión. Entonces, ¿ustedes quieren estar en éxtasis, el de Maha-samadhi donde no existe ninguna forma más, donde no existe ningún tiempo más, donde el sentido incluso de un individuo o de una persona se funde en el Gran Todo, de la primera respiración de la Creación dentro de todos los potenciales y posibles de la Luz Blanca? ¿O prefieren colorear vuestra alma con un atributo de experiencias aunque permaneciendo libre? Lo que ustedes viven es eso.
Entonces observen si están en silencio cualesquiera sean vuestras palabras, u observen si están en el ruido incluso haciendo silencio. ¿Qué se desarrolla en ustedes? ¿Qué desaparece o no desaparece? La Humildad de no ser nada, aquí en este mundo, les da el salvo conducto total para ser el todo y la Nada en todo mundo, como en ningún mundo, en el espacio donde no existe ninguna creación. El no Ser es la Esencia del Ser. El Espíritu es el hijo del Amor. El alma, en su túnica, solo es la vestimenta que los separa del Absoluto, lo que el alma llama la nada. Entonces, hoy, ustedes descubren eso. Descubren que en definitiva, solo existen dos espacios y dos tiempos, el del Amor que disuelve el alma y el cuerpo y el del miedo que mantiene el cuerpo y el alma en una prisión. Todo esto se juega en cada uno de ustedes en este momento y se juega, también, dentro de vuestro medio ambiente que les es propio, dándoles a ver o no ver la Verdad, no la vuestra, la de vuestros pensamientos o de vuestras ideas sino la Verdad del Amor.
Tal vez, ¿ustedes se colocan en la ausencia de Verdad, hecha de verdades relativas, de juegos de va y viene entre el sufrimiento y la alegría, la satisfacción y la insatisfacción, el sufrimiento y la felicidad? ¿Quieren jugar a eso? Les corresponde a ustedes mostrarlo, demostrárselo a ustedes mismos porque, en este Templo, no hay otro testigo que ustedes. Entonces, si ustedes ya han desaparecido, de una manera o de otra, conocen el valor de mis palabras para vivirlas en ustedes. Si no, solo podrán rechazar esas partes de ustedes mismos que solo aspiran al Silencio, esta parte de ustedes mismos que de hecho es el Todo. La Morada de Paz Suprema se les abre desde el instante en que el Silencio se establece, es decir que ninguna circunstancia de este mundo, como ninguna circunstancia de este cuerpo, como ninguna circunstancia de vuestra vida puede venir a modificar esta Paz, esta Morada de Paz Suprema. Así pues, ustedes están con capacidad de ver en vuestros actos y acciones, en vuestras meditaciones, en vuestras interioridades como en lo que se debaten, si se debaten todavía.
Lo que se desarrolla en el campo de percepción de vuestra consciencia, aquí sobre este mundo, es exactamente el reflejo certificado de lo que han logrado para establecerse dentro del Silencio de la Eternidad. Lo que quiere decir, dicho de otra manera, que si a ustedes se presenta la menor sombra y la menor dualidad, eso significa simplemente que ustedes no tienen Paz y que no están en la Paz. No hay nada que forzar en ese nivel, no hay nada para oponer o resistir a lo que es, hay solo que atravesar para ir al otro lado, y para eso, hay que estar aquí, y para eso, hay que estar desnudo, con el fin de que el Amor fluya por lo alto y por lo bajo, reuniéndose en vuestro Corazón, ya que el Corazón no conoce ni antagonismo ni dualidad, sino ese no es más el Corazón sino es el corazón efímero, el que está condicionado a vuestra existencia misma, a los apegos y a los miedos.
No hay más alternativa, de ahora en adelante, el sufrimiento o el éxtasis y las circunstancias de vuestras resistencias, si existen, solo están ahí para mostrar eso, resistencia o Abandono, Amor o miedo. De lo que emane de ustedes en vuestra acción en este mundo y sobre este mundo deriva la resultante de vuestro estado interior de miedo o de Amor. Las manifestaciones de la vida en este mundo durante este Cara a Cara solo podrán ser la revelación y la concretización de esto, durante este Cara a Cara, por las primicias actuales que ustedes viven, en un momento y en un instante súbito se desarrollará ese salto, o no.
Les corresponde a ustedes ver, observar no más el testigo, no más las manifestaciones de alguna faceta cualquiera sea de la Creación y de la alteración de la Creación en este mundo. Ya que, ¿de qué sirve hablar de Unidad y expresar la dualidad? El Corazón en Paz solo conoce la Paz, y el Amor. El Corazón alternado solo conoce el miedo, la confusión y las preguntas. Y eso de manera cada vez más evidente o cada vez más flagrante y cada vez más patente. El Silencio o las palabras, el miedo o el Amor, la Unidad o la dualidad, pero en ningún caso la dualidad los conducirá a la Unidad. Es decir que las capacidades de discriminación, de discernimiento y de juicio, impuestas por el alma falsificada en este mundo solo son, finalmente, el reflejo de vuestras incertidumbres interiores. El Amor no tiene necesidad de pruebas. Es Evidencia por sí solo y no tiene necesidad de saber dónde está y dónde no está, puesto que está en todas partes, salvo para el que no lo ve y que solo ve la apariencia de la manifestación ilusoria de este mundo, a través del bien y del mal y el filtro del ego, de la personalidad y del alma. Cuando los filtros desaparecen, solo queda la Verdad desnuda, solo queda la evidencia del Corazón y así pues, según lo que ustedes tienen que vivir, según lo que viven precisamente en este momento, en ese día de coronación, los invito a posarse y sobre todo a no juzgarse de ninguna manera ya que la aceptación de lo que ustedes son, ahí donde están, es la única manera de vivir la Gracia, sea la Gracia final o el estado de Gracia que es vuestra vida diaria, incluso el estado de Gracia que quizá han conocido por episodios.
El Amor es una Gracia permanente que se vive como una Gracia permanente, que no tiene necesidad de otra cosa que la evidencia del Amor. Cualesquiera sean incluso las manifestaciones alteradas de este mundo, ellas no tienen ningún peso, ninguna densidad y ninguna ligereza frente a la Verdad del Amor.
Entonces el Silencio es la mejor manera de proveerse, el Silencio es la mejor manera de estar en el lugar justo y de ser UNO con la FUENTE y de ser UNO cualesquiera sean las manifestaciones que se presentan a ustedes, en vuestra carne como en todo ser presente sobre la superficie de este mundo y con el cual existe una relación sea cual sea su naturaleza.
Hace un tiempo, mi Hermana Hildegarde de Bingen les ha cantado, si puedo decir, la declamación del Amor. Entonces, en el espacio que sigue a mi espacio, mi Hermana Hildegarde vendrá para la declamación del Silencio.
Instalémonos algunos instantes en este Silencio. Si el Silencio está ahí, ninguna de mis palabras puede venir a perturbar el Silencio puesto que mi Presencia y vuestra Presencia están reunidas en la misma Presencia. Algunos han dicho: “Cuando estén reunidos dos o tres en mi nombre, estaré entre ustedes” pero a condición de dejarLe el lugar. Es lo que se llama reunirse en Su nombre y no en el nombre de una persona, y no en el nombre de un maestro, sino más bien en la Humildad, la pequeñez y la Simplicidad que solo es desaparición de este mundo, ahí donde ustedes se vuelven, yo diría, de manera paradójica el más potente Amor en este mundo. Ser el más pequeño para vivir lo más grande.
Entonces, Hermanos y Hermanas encarnados, que el Silencio y el Amor sean vuestra Paz y vuestra Eternidad.
Yo soy MA ANANDA MOYI y los amo.