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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia Rivera
GEMA GALGANI
17 de Noviembre del 2012
Yo soy GEMMA GALGANI. Hermanas y Hermanos en humanidad, en este lugar
como en todos lugares que la Gracia sea. Intervengo, al lado de ustedes,
también como Estrella Unidad como elemento constitutivo del Elemento Aire, así
como oficiante del Manto Azul de la Gracia, así como lo que está en resonancia
con la puerta UNIDAD y la Humildad. Tengo pocas palabras para entregar a
ustedes, pero ellas serán llevadas hasta vuestro Corazón por la Luz Vibral, por
la Gracia y por la Onda de Vida. Estas palabras están adaptadas para este
espacio que está abierto y que debe conducirlos hasta nuestra cita, con MARIA,
del 1º. De diciembre (Ndr: 1º. De diciembre del 2012, de 14 a 15 horas –ver los
detalles en la Intervención de MARIA del 17 de noviembre del
2012)
Lo que tengo que decirles es una defensa para el Corazón, para el
Amor y para la Beatitud. El Amor es lo que Somos. No puede estar disociado de lo
que Somos. Así pues, la disociación del Amor, en este mundo donde están y donde
he posado mi alma, solo es existente por la privación del Amor y la carencia
del Amor, habiéndolos inscrito en las costumbres y en los mecanismos de
regulación llamados, allí donde están, la vida. Lo que se desarrolla en ustedes,
y lo que se desarrolla en el conjunto de este sistema solar, es exactamente la
misma cosa. Vuestro Corazón, vuestro Sol (Sol Interior como Sol visible) debe
expandirse, dilatarse y ya no estar restringido en su Amor, en su manifestación.
Lo que se desarrolla en el Cielo, se desarrolla en vuestro Corazón. Lo que se
desarrolla en el Sol, se desarrolla en vuestro Corazón. El Sol (depositario de
la Eternidad, depositario del Cuerpo de Êtreté, depositario del Logos Solar o
príncipe CRISTO/MIGUEL) debe ahora dar curso libre a la Irradiación del Amor, a
la Unidad del Amor y a la Verdad del Amor.
La Unidad, es vivir el descubrimiento del Amor, en la carne,
transverberando e irradiando esta carne, transmutándola. La expansión del Amor,
su revelación (en vuestro Corazón como en el Sol), es muy exactamente, lo que
se desarrolla (de la misma forma, en la misma Unidad) en vuestro pecho como en
el Sol. Vuestro Corazón es, de alguna forma, vuestro Sol, el que ha sido
intimidado, frenado y encerrado. Entonces, el Corazón se abre y vive lo que el
Es. Ya sea que ustedes lo realicen y lo acompañen. Ya sea que se resistan. El
Fuego del Corazón consume pero no quema. El Fuego del Corazón, el de la Unidad,
durante este Pasaje que está para vivirse, es remplazado por la Presencia. Una
realidad se apaga, mientras que otra aparece. Estas dos realidades no toman su
fuente y su origen en el mismo lugar y con la misma intensidad. El amor humano
que todos hemos conocido, es tributario de las condiciones humanas. El Amor
divino, el Amor sin límites, el Amor sin condición, no puede estar condicionado
por cualquier aspecto de la vida que llevan. El Amor es independiente de las
circunstancias, es independiente de vuestra edad, independiente de vuestras
condiciones, independiente incluso de vuestros recursos. No depende de nada de
este mundo. No depende de nada porque su principio es Irradiar, calentar y de
hacer vivir la Paz. El nuevo Sol, vuestro nuevo Corazón, el de la Eternidad,
nace en al Interior de ustedes. Cualquiera que sea la distancia que pueda
parecerles tener que recorrer, recuerden que no existe ninguna distancia
(solamente para la mirada de la personalidad que lo cree). La Unidad los invita
a sobrepasar y transcender un nivel de realidad y a vivir el nivel de realidad
que les propone el propio Sol y la misma Fuente. Esto tiene por nombre Amor pero
no un amor que podrían explicar, o cuantificar, o definir, según el estado de
vuestro efímero, sino más bien un Amor indecible, por su Presencia, en ustedes,
del Sol. Que ustedes lo llamen el CRISTO, que lo llamen un Doble (sea lo que
sea), un Arcángel, o MARIA, o yo, no tiene ninguna importancia. Porque vivir el
Corazón, en el centro del Corazón, es ya no ver la menor diferencia entre
ustedes y El, o entre ustedes y cualquier persona. Este Amor-allí no tiene que
ver nada con un apego, con una atracción, con una responsabilidad, con una
condición, puesto que este Amor es nuestra naturaleza.
El Amor llama al Amor. El Sol viene a llamarlos. Las señales del
Cielo vienen a despertarlos. Los sonidos del Cielo y de la Tierra (que ustedes
los perciban en vuestros oídos pero también exteriormente) van a superponerse,
ellos también. De esta superposición surgen a la vez, la Beatitud y la
desaparición de todo efímero. La desaparición del sentimiento incluso de ser una
persona, en un cuerpo, insertada en una vida e insertada en este mundo que hace
vuestra realidad. El Sol los invita. MARIA y las Estrellas, los hemos invitado.
Los invitamos a estar allí, lo más próximo de lo que son, al centro del Corazón
o en el centro del Centro, en la cámara más íntima de vuestro Corazón. Allí
donde todo es. Allí donde todo está inscrito. Allí donde no hay nada ya que
escribir, nada ya a cambiar.
La llamada de los Elementos y la fusión de los Elementos, los ayudan
a situarlos en el centro del Corazón. Y es en el centro del Corazón que viven lo
que Son, sin deseo, sin espera, sin ideas preconcebidas, sin interrogación,
simplemente en esta Presencia durante este Pasaje que está, les recuerdo, bajo
la acción y la égida, con ustedes y en ustedes del Arcángel URIEL. En este
último Pasaje, están invitados a sobrepasar toda historia y toda lógica (en el
sentido de este mundo) para ir hacia esta Eternidad y esta irradiación infinita
de la Belleza que ustedes Son. Para esto, no hay verdaderamente nada más que
hacer, que Ser. Ser en permanencia en este Don de Si, en este Abandono de Si,
donde el otro no tiene más ni menos importancia que ustedes, que este otro esté
próximo a vosotros o estrictamente desconocido sobre este planeta. No ya estar
ya atribuido a vuestra persona, es ya no depender de una circunstancia o de una
condición de este mundo. Es y estar plenamente Presente, plenamente Despierto,
Plenamente Libre, plenamente en Paz.
La Unidad y el Sol les dan a ver, dándoles a vivir, así como a la
Tierra, la intimidad más profunda y la más intensa. No tienen nada que comenzar,
en este tiempo. Tienen solo que presentarse. Solo tienen que escuchar y oír el
canto del Amor. El que los llama por vuestro nombre. El del canto de vuestra
alma y de vuestro Espíritu que canta en sus oídos. El del canto de la Tierra y
del canto del Cielo, en la misma sinfonía y en la misma música. Así de este
modo, Ser no está tan alejado de lo que pueda decirles vuestra culpabilidad o
vuestro mental. Dejen todo esto. No se bloqueen más de lo que sea. Porque si
están en el centro del Corazón, en este estado de Unidad, de Presencia, de
infinita Presencia, no hay ninguna razón que pueda resistir a la evidencia del
Amor. El Amor es alimento. Esto va a devenir cada vez más verdadero, no ya
solamente como una búsqueda, como un objetivo, como una necesidad, sino como la
Verdad de lo que está allí.
El Sol (en este tiempo, incluso de vuestra Tierra) vive su mutación,
tal como esto se les había anunciado por grandes seres. Como vuestro Corazón que
hasta el presente, estaba encerrado en vuestro pecho, se despliega, el también
en todas las direcciones y en todas las Dimensiones. Porque allí está vuestro
lugar: el que no es ya tributario, precisamente, de un lugar, de un
emplazamiento, de un tiempo o de una condición. Entonces, los invitamos a esta
dulzura. Los invitamos a esta Unidad, a este encuentro con el Sol, con el
CRISTO, con ustedes mismos. Y para esto, para vivir la totalidad de este
Encuentro, no tienen ninguna parte donde ir ya que están allí. Solo hay que
dejar extinguirse lo que se aleja. Solo hay que dejar establecerse lo que está
allí.
Por supuesto, cuando nosotros dejamos la Tierra, no tenemos la
costumbre de tal ausencia de límites, de tal Libertad. Incluso si he podido
contarles mi historia, les he contado mi historia en encarnación. Pero me
gustaría contarles, ahora, de manera muy breve, lo que se desarrolla en el
momento donde lo que pertenece a la ilusión y a lo efímero desaparece. Se
desarrolla exactamente como lo viven: el sentimiento de estar ya en otra parte,
estando plenamente conciente. Este sentimiento de dilatación y de expansión
produciéndose simultáneamente en todas las direcciones, en todos los tiempos y
en todas las Dimensiones. Es esta la Beatitud: no tener ya necesidad de ser
tributario de una forma pero ser todas las formas posibles. No estar ya
encerrado en una Dimensión, sino recorrer, libremente el conjunto de las
Dimensiones. Es estar aquí, plenamente Presente, mucho más allá de la fe, mucho
más allá de vuestra creencia en lo que sea pero vivir, realmente, mucho más que
el Fuego del Corazón. Es vivir el olvido de toda condición, de toda
circunstancia, de toda historia y de toda persona. Porque es allí que son
eternos y en ninguna otra parte. Poco a poco, la expansión del Sol (y la
expansión de vuestro Corazón, yendo en forma sincrónica) realiza la Ascensión,
la transfiguración de la carne y su Elevación. Lo efímero desaparece. La
Eternidad se revela. Si dejan a la Eternidad ser, entonces lo efímero no podrá
ya ser alterado por lo que sea. Cualquiera que sea el devenir de lo efímero, el
desaparecerá. Y esta desaparición traduce, por otra parte, justamente, su
efímero. Están invitados por el Sol, están invitados por vuestro Corazón, al
centro del Corazón, a recorrer la totalidad de vuestra Eternidad. Entonces, por
supuesto, hay (y esto ha sido evocado en este día como en otros lugares) la
necesidad, a veces, de frenar, diría, una forma de entusiasmo aclarando ciertas
vivencias en vuestro cuerpo y en particular en las extremidades. Si aceptan la
irradiación de vuestro Corazón nuevo, nada de este cuerpo puede molestar,
incluso si existen las señales, los dolores, o las presiones sobre las zonas
precisas de este cuerpo de carne. Verán claramente y rápidamente los pros y
contras. Su alinear va a devenir cada vez más fácil. Habrá cada vez menos
preguntas que hacerse. En el centro del Corazón, se encuentra la evidencia. Allí
donde no puede incluso existir la menor pregunta, la menor interrogación, la
menor duda, la menor ilusión.
Vivir esto es ya vivir la Eternidad, incluso en lo efímero. Facilitan
así esta transición, esta época de Pasaje. Facilitan en ustedes, la Eternidad en
detrimento de lo que es efímero. Mis palabras no deben devenir una creencia o
una adhesión pero deben ser ante todo, lo que viven. Esto se trata de ustedes y
solo de ustedes. No hagan ningún juicio de ustedes mismos, ninguna culpabilidad
de ustedes mismos. Sean ligeros en relación a esto. Esto pasa ahora. Y si esto
no pasa en ustedes, entonces sean aún más Humildes, estén aún más Presentes a
fin de devenir ausentes a lo efímero. No tienen otra elección, no tienen otra
posibilidad. No es necesario proporcionar ni esfuerzos, ni de sentir cualquier
culpabilidad porque Ser, porque vivir la Beatitud, no es ni un esfuerzo ni una
culpabilidad. Es simplemente (y esto lo será cada vez más), vuestro estado
natural, vuestro estado innato. Y recobrar esto, es efectivamente, no solamente
una gran Alegría, pero una gran Paz. Y esto se transforma, muy rápido (esta
Paz), en Éxtasis y en Beatitud.
Desde el instante donde no se acuerden ya de los pesos de lo que es
grávido (no para ignorarlo, no para no verlo), cada vez más, incluso los pesos y
la gravedad serán, para ustedes, la ocasión, inesperada y única de vivir lo que
Son más bien que lo que proyectan o lo que creen. Les recuerdo que es en las
circunstancias calificadas por la personalidad, de difíciles, que puede
encontrarse el choque necesario para vuestra propia Libertad y Liberación. No
juzguen nunca un evento. Vayan más allá del sentido y de las explicaciones.
Vayan más allá de la ley de causalidad. No hay obstáculo. El mundo causal, el
sobre causal de la Tierra, ya no existe. El fin de las Líneas de depredación
(como anunciadas y realizadas en el momento donde SERETI se expresó entre
ustedes) corresponde a la posibilidad de esta Libertad. Si ustedes aún no han
experimentado la quintaesencia, es simplemente que no estaban aún de hecho en el
justo lugar de sí mismos: en el centro del Corazón. Recuerden en el centro del
Corazón no hay esfuerzo, no hay ni culpabilidad, ni interrogación, ni pregunta,
ni respuesta. Hay simplemente la Felicidad y la Beatitud de ser finalmente lo
que ustedes Son.
El Sol los llama. Las Estrellas los llaman. El Cielo los llama. La
Tierra los ha llamado. Nosotros venimos a ponernos a vuestros lados para
llamarlos y sostenerlos hasta que finalmente se mantengan de pié otra vez en su
eternidad, allí donde no existe ninguna depredación, ningún miedo, ninguna
cólera. Son ustedes quienes deciden. Son ustedes quienes lo realizan. Lo que se
desarrolla es, de alguna forma, la etapa final del Manto Azul de la Gracia. El
Manto Azul de la Gracia va a recubrirlos, la Luz Vibral va a recubrirlos y
recorrerlos de arriba a abajo o de abajo hacia arriba. Ella ha consumido, y ella
continuará consumiendo vuestro Corazón hasta que ya nada de lo efímero y pesado
puedan obstruir lo que ustedes Son. La Luz los ha llamado. El Sol los llama.
MARIA los llamará. Nosotros los llamaremos, si no está ya
hecho.
Estar en Unidad, no es buscar la Paz, es Ser la Paz. La Beatitud y el
Amor son el único alimento allí donde estamos. Allí donde ustedes están, tienen
necesidad de alimentarse (de alimentos, como de afecto, de aprecio de los demás)
de interactuar con el conjunto de los Hermanos y de las Hermanas que participan
en la misma ilusión. Vivir la Beatitud no los desvía de esto pero lo magnifica,
lo transciende, allí también. Porque toda relación deviene una Comunión. Porque
todo intercambio deviene un Fuego de Amor. Las reglas y las leyes no tienen nada
que ver en esta etapa de transición. Entonces, por supuesto, uno podría estar
tentado de llamarle cuarta Dimensión, poco importa. Lo importante no será nunca
el apelativo. Ustedes están ahora allí donde están y no tienen ya necesidad de
nombrar o de denominar las cosas, solo vivirlas, en su quintaesencia y su
totalidad. La Unidad y el Elemento Aire son los testigos y los agentes de esto.
Porque el Aire atiza el Fuego y lo nutre. Porque el Aire es lo que permite
propagar y conectar. Y que esta parte de la Cruz Fija, en resonancia con el
Fuego y el Aire, son muy precisamente, los elementos que los colocan en el
centro del Corazón. Allí donde no existe ya la luz invertida u oblicua sino,
simplemente, la Luz directa: la del Amor, la que no tiene necesidad de construir
lo que sea, por su Inteligencia total. El tiempo de la Unidad (o en todo caso,
el tiempo de la Unificación) nunca había sido posible que durante esta fase
donde el Sol y vuestro Corazón se expanden. Vivan esta expansión, pero no hagan
nada. Vivan esta Paz, pero no busquen la Paz, porque ustedes lo Son.
Dejen a la Luz ser a fin de también ustedes superar el ser y no ya
ser tributarios de cualquier condición, incluso de alma. La Luz, el Amor y la
Felicidad, son nuestra Naturaleza. Yo no tengo que persuadirlos porque no lo
podría nunca. Solo viviéndolo es que pueden ser persuadidos, ustedes mismos. El
CRISTO dijo: “busquen el reino de los Cielos y el resto será dado por
añadidura”. Esta búsqueda no es una búsqueda exterior sino una Interior. Les
dijo, por otra parte, que la mejor forma era de Amar, de Amarse los unos a los
otros, como el los ha Amado, y como el a todos nos amó. No a vuestra manera sino
a la manera del Sol que da su luz: en igual proporción, sin juzgar, sin frenar.
Ustedes son los Soles porque es la imagen que uno puede dar pero no un Sol que
puede entrar en sueño o transformarse sino un Sol permanente: el de la Fuente.
Van durante este período (si no está ya hecho) a darse cuenta, precisamente allí
donde Están. Porque lo que saldrá de palabras, de ustedes, lo que saldrá como
humor, de ustedes, solo es como, y solo será como, cada vez más, el resultado de
lo que ustedes Son y no ya de circunstancias que ellas sean de vida o de
historia o de karma (que no se ajustan a la Luz).
Por último van a vivir, si no está ya hecho, que no puede existir
camino, ni cualquier evolución: que hay Amor y nada más y que, simplemente, el
hecho de estar fuera del Amor los hace considerar la posibilidad de todo el
resto. Pero este resto solo es efímero y no deriva, precisamente, que de la
privación de Luz y de Beatitud.
Yo diría (dicho de otra manera más directa y más simple) que, en este
período de transición, todos ustedes están llamados a ser una Estrella, todos
están llamados a ser MA ANANDA MOYI, llamados a ser el Comendador de los
Ancianos (Ndr: O.M. AIVANHOV). Pero no vean un juego de rol, ni incluso de
función, sino simplemente, yo diría, la culminación de la Beatitud, de la Morada
de Paz Suprema y del Éxtasis. No es simplemente un cambio de aspecto o de punto
de vista. Es verdaderamente, ahora, una transformación radical y total. Es una
transformación que es más bien (y lo saben) como una metamorfosis de la oruga en
mariposa. Muchos entre ustedes lo han esperado, lo han aguardado, lo han quizá
ya vivido pero el resto, ahora, va a vivir esto totalmente: no vuestra
totalidad, sino la totalidad de todas las conciencias que se creían separadas y
presentes sobre la Tierra.
La Unidad es sinónimo de la Humildad. Esto no es solo simplemente una
adecuación vinculada al elemento Aire o vinculada a la nueva Tri-Unidad o al
Manto Azul de la Gracia. Porque no puede existir, sobre este mundo, allí donde
están, Unidad sin Humildad. Como esto se les dijo, hace aún poco tiempo: la
Humildad de no ser nada, para aceptar ser Todo. Dándose a sí mismo, y
Abandonándose a sí mismo. Todo lo que les hemos explicado y transmitido por las
palabras y la vibración se actualizan ahora. Casarse con la Luz no es casarse
con alguien o con algo más, es Casarse consigo mismo, más allá del Sí, más allá
de esta Dimensión.
Es dejar la transfiguración, la transubstanciación, efectuarse ella
misma, porque hay un programa Inteligente, mucho más Inteligente que lo que la
personalidad pueda esperar o pensar.
Terminare en estas palabras: ser Humilde, vivir la Humildad, es, de
alguna forma, el estado el más directo, el más corto, el más instantáneo para
vivir lo que está para vivirse, y ser esta Presencia Infinita o ser este
Absoluto. Les recuerdo que durante esta transición, ustedes determinan por sí
mismos vuestro estado, por vuestras acciones, por vuestra atención, por vuestro
Amor. No el que proyectan sino el que Irradian, naturalmente, sin ningún deseo.
Porque si existe un deseo, de Amor, es ya una carencia de Amor. El que
manifiesta el Amor no emite ninguna acción, ninguna voluntad. Es toda la
diferencia entre la Humildad y la no-Humildad. Es toda la diferencia entre la
personalidad que trata de ser humilde y que se esconde detrás de esta humildad,
mientras que la Humildad de la Unidad, es la evidencia donde no hay nada a
esconder, donde no hay nada a sermonear, nada a juzgar, nada a
comparar.
Lo que van a encontrar, durante esta transición, es simplemente,
observar estas especies de fluctuaciones que existen en vosotros, que son a
veces muy rápidas y que los llevan de la Alegría a la tristeza, del Amor al
temor o del Amor a la cólera. Pero entiendan bien que ni la cólera, ni el temor,
ni la paz misma, pueden ser ni los obstáculos ni los elementos facilitantes. En
este período de transición, realizar el Abandono de Si, será, en cualquier caso,
el único camino posible, pero en este asunto posible, conservan la libertad la
más fundamental de estar allí donde quieran o en ninguna parte. No habrá nunca
juicio, nunca condenación de nuestra parte como de los mundos Libres, porque les
recuerdo que todo lo que establecen en este mundo, es efímero, salvo, por
supuesto, lo que ustedes Son.
A ustedes les corresponde allí también, no de elegir, no de decidir,
no de involucrar cualquier acción o cualquier hacer, sino más bien de ver dónde
Están. ¿Están en el rechazo de lo que sea de vuestra vida, de vuestra condición,
de este mundo? No pueden transcender este mundo rechazándolo. Esto les va a
aparecer cada vez más claramente, porque el centro del Corazón se vive y se
juega Aquí y Ahora, allí donde Están, mismo en la Ilusión. En definitiva, lo que
se desarrolla en ustedes como sobre la totalidad de este sistema solar, solo es
la misma cosa: ya sea que el Sol se expanda, sea que el sol no se expanda. Ahora
bien, ustedes saben que sobre la Tierra y en el Cielo, el se expande y va a
expandirse cada vez más. Les recuerdo también que la penetración de la Luz, en
este mundo, no data de algunas semanas, ni incluso de algunos meses, ni incluso
de las Bodas Celestiales sino que todo esto comenzó sobre un tiempo
relativamente largo, al sentido humano (desde casi una generación) y que ha
tomado, de alguna forma, esta especie de aclimatación para vivir el nacimiento y
la floración. El tiempo de la floración ha llegado y el tiempo de la cosecha
también.
Aquí lo que las palabras, llevadas por la Vibración al centro del
Corazón, me han llevado a pronunciar. Estos son, por supuesto, los conceptos que
necesitan sentir en vuestro Corazón. Por supuesto, esto siempre aparecerá
incoherente e inconsistente, al filtro del mental o al filtro de vuestras
creencias. Porque estas palabras son para vivir y no solamente para pronunciar o
para escuchar. No solamente a oír sino verdaderamente para encarnar. Recuerden
que cuando cambiamos de mundo, cuando un efímero, el que sea (de un cuerpo, de
una vida), desaparece, la conciencia sigue siendo. No tiene más acceso a las
mismas percepciones y a las mismas manifestaciones. Esto es, muy precisamente
lo que se produce sobre otra octava o sobre otra amplitud, pero es exactamente
el mismo proceso. Y allí donde ustedes están, el proceso no se vive de la misma
forma. Pero desemboca ineludiblemente, sobre el mismo resultado. Todo esto
ustedes lo saben.
Instalémonos, algunos instantes, ahora, en el silencio de mis
palabras, en el silencio de mis pensamientos, de mis ideas, de vuestros
pensamientos y de vuestras ideas.
...Comparto del Don de la Gracia...
Entonces, en este silencio y en esta paz, en nuestra Comunión, les
digo: Ámense los unos a los otros. Y les digo hasta pronto. Permítanme dejar
emanar esta Paz. Encontrándonos en la Paz. Hasta pronto.