MARÍA
8 diciembre 2016
Soy María, Reina de los Cielos y la Tierra. Me dirijo
a vosotros, queridos hijos, en este día, 8 de diciembre de vuestro año 2016. En
primer lugar, os traigo todo mi Amor de Madre, toda la Luz, todo el calor del
Amor a cada uno de vuestros Corazones.
…Silencio…
En este momento en el que iniciáis los preparativos de
la Navidad, para celebrar el Nacimiento de mi Hijo, ninguno de vosotros puede
ignorar lo que ocurre en vosotros como en vuestro entorno. Cada día que pasa os
va haciendo experimentar la realidad de lo que está sucediendo, de forma
gradual o abruptamente en vuestros sueños, en vuestras alegrías o incluso en
vuestros sufrimientos, independientemente de vuestra edad o vuestra historia.
Todos vosotros, estéis donde estéis, percibiréis algo que está en el horizonte,
un evento a nada parecido.
En este período especial que precede a la Navidad,
desearía ver vuestro Corazón abierto, definitivamente, a la Verdad, a lo que
sois. Sea cual sea, el estado de vuestra persona o vuestra historia, sean
cuales sean los eventos de la Tierra en la que estáis, recordad lo que sois.
Antes incluso de presentarme a vosotros, tenéis hoy la
oportunidad de vivir las primicias, porque realmente vosotros entráis ahora en
el tiempo de la Tierra, en el tiempo de las profecías, en su cumplimiento y su
finalización. Pero, id más allá de las profecías, sean las que sean y de dónde
procedan. Lo único esencial es vuestro Corazón, lo que sois, más allá de toda
apariencia, de todo sufrimiento, de toda búsqueda. Ahí está vuestro
salvoconducto.
Donde quiera que miréis, la Tierra se despierta y se
eleva. Alrededor de vosotros, en vuestra familia, surgen preguntas, cuestiones.
Recordad en todo momento que sólo vuestro Corazón es maestro, porque es vuestra
verdad. En cualquier ocasión de conflicto, de acontecimientos relativos al
cielo o a la Tierra, no olvidéis lo que os conduce a vosotros mismos, a vuestra
Eternidad y a vuestra Libertad. Aunque no experimentéis nada, aceptad eso como
una posibilidad y cada día sólo tendréis la ocasión de ser lo que sois.
En cada rincón de la Tierra, en cada rincón de
vuestros Cielos, todo está listo; eso se os ha anunciado hace muchas semanas,
pero también sabéis que nadie conoce la fecha. Recordad que, durante este
período, en estas primicias que vivís hoy, está vuestra Eternidad, la Alegría,
el Amor y, sobre todo, la Verdad; es vuestra única meta ahora. No tenéis nada
que buscar ni tampoco tenéis que moveros, únicamente estar plenamente ahí,
totalmente presentes y totalmente en vuestro Corazón, porque es precisamente en
el decurso de los sucesos más anodinos y los más importantes, donde os
demostraréis a vosotros mismos, vuestro posicionamiento. Recordad que, en la
Verdad, en el corazón del Corazón, no puede haber ni sufrimiento ni errancia,
sino la Verdad del Amor Luz. Lo demás, sólo pasa.
Así pues, todos vosotros estáis llamados a vivir esas
últimas preparaciones, estos ajustes, estos desafíos finales para que
permanezcáis en la Paz, para que ningún temor pueda surgir en vosotros. El Amor
es vuestro salvoconducto, vuestra verdad.
Mi Manto Azul de la Gracia, se deposita esta tarde
sobre vuestros hombros para que os mostréis a vosotros mismos en la fuerza del
Amor, en la fuerza de vuestra Eternidad. Durante este período, tened muy en
cuenta que en lo que vais a vivir, a encontrar, el Amor lo es todo. En tanto
que Madre, como toda madre, nunca podría juzgar ni condenar a ninguno de mis
hijos. El Amor es tan grande y el perdón en tan inmenso, que ¿cómo queréis que
haya castigo si no es en vuestra propia culpabilidad, en vuestras propias
experiencias y en vuestros propios errores? Pero, ¿qué representa eso, frente a
lo que sois?
Elegid. El Amor es el único bálsamo. La Paz, la que
emana de vuestro Corazón y no la que buscáis a través del rechazo del mundo en
ciertas meditaciones, sino la de estar en la Paz de manera consciente y
presente en cada instante, el Fuego Ígneo que a veces os obliga para guiaros en
el camino de vuestra Eternidad, no para moveros sino para vivirla ahora.
Cada vez os será más fácil daros cuenta, por vosotros
mismos, de los momentos en que la Fluidez de la Unidad, de la Vida, del Amor,
os aparece como una magia increíble y a la vez tan real, y el momento en que
por una u otra razón os alejáis de eso, sintiéndoos más y más desgarraros de lo
que sois realmente, más allá de toda máscara, de toda apariencia y de toda
historia
Así que, estamos con vosotros, nos mostramos a menudo
ante vuestros ojos, unas veces en vuestras noches y otras en vuestros cielos.
Muchos de vosotros os comunicáis ahora de forma regular y fácil, cada uno a
vuestro ritmo, con las otras dimensiones, con los pueblos de la naturaleza. Sé
que muchos de vosotros, sin quererlo, comenzáis a ver cosas que no veíais. Todo
se aclara por la simplicidad, desde el momento en que decís “sí” al Amor, “sí”
a la Verdad, “sí” a la Eternidad.
Entonces, no tengo grandes anuncios que haceros en
este día tan especial, sino más bien deciros: “estad en la Alegría”. Cada día
debe ser un momento de Alegría, sean cuales sean, las pruebas de vuestro cuerpo
o de vuestra vida o los placeres que se os ofrecen. Recordad que la solución
está en vuestro Interior; que no hay ningún enigma, sobre todo ahora. El Fuego
Ígneo ya en muchos de mis hijos, ha desencadenado la acción y la liberación de
vuestra MerKaBah interdimensional. Los que vivís las primicias, por calor o por
frío, por perforación del corazón, por sensación de quemadura en las Puertas,
eso corresponde al Fuego Ígneo. Ya veis que no habrá respiro, que no habrá
tiempo de tergiversar porque es tiempo de ser vosotros mismos con Amor y con
Simplicidad, en toda vuestra Eternidad y en toda vuestra luz. Eso no requiere
palabras, simplemente ser.
Por tanto, mantened limpia vuestra casa y estad presentes
plenamente. Porque el encendido de la MerKaBah interdimensional, aunque no la
viváis algunos, de momento, es exactamente lo que está sucediendo, en este
momento dentro del sistema solar. Todo converge, todo se vuelve claro en el
corazón de forma más evidente y, en algunos casos, incluso sorprendente.
…Silencio…
Cada uno de mis hijos verá la misma sonrisa, la de una
Madre amante y oirá las mismas palabras. Recordad y estad atentos a vuestros
sonidos interiores si los percibís, pero también a los sonidos del Cielo y de
la Tierra. Estad presentes y estaréis atentos, pero presentes, no como un
observador, sino presentes en vuestra Eternidad, en el Corazón, sin pedir nada,
simplemente allí, y eso se volverá cada vez más evidente.
Mi Manto Azul de la Gracia os acompaña y os acompañará
más a menudo en los momentos en que pensáis primero, en lo que sois y en el
otro más que en vosotros. Todo es Uno. Ahora debe vivirse, más que la
experiencia, la realidad y la totalidad de esta Alegría, de este Amor, de esta
Luz Blanca, de la Fuente -lo que sois.
…Silencio…
Os agradezco vuestra presencia aquí y en otras partes,
escuchándome, leyéndome o simplemente pensando en ello; la Gracia estará allí,
no puede ser de otra forma. El bálsamo del perdón, el bálsamo de la
reconciliación y de la Resurrección, se extiende sobre vosotros ahora, en este
mismo momento. Llenaos de esta Alegría, sed este Amor fantástico que sois.
Mi Amor de Madre os acompaña en cada circunstancia y
ocasión, desde el instante en que el corazón es vuestra primacía, desde el
instante en que reconocéis vuestro reinado como hijos de la Ley del Uno, llamas
eternas de Vida más allá de todo juego. Y así, en este día, os bendigo en
cualquier momento, aunque sea dentro de unos días -el tiempo no existe. Lo que
habéis leído, lo que habéis oído es una prueba, si todavía necesitáis pruebas.
…Silencio…
Entonces, os digo que pronto, muy pronto, estaré aquí.
Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra y os
amo.
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