CRISTO
25 de marzo de 2016
Soy el
Camino, la Verdad y la Vida.
Soy Aquel
que viene como un ladrón en la noche…
¿Estáis
dispuestos a recibirme?
Te lo
pregunto a ti, que has consagrado tu vida a buscarme, a ti que a veces, has
presumido de haberme encontrado, y a ti que me olvidaste, olvidando así tu
verdadera Naturaleza, ¿estás dispuesto a acogerme en tu Templo, en tu vida, la
que llamas cotidiana, en cada instante, en cada aliento como en cada palabra?
Bien amado,
¿estás preparado a dejarte llevar por la Gracia de mi beso, a dejarte consumir
por el Fuego ardiente de mi Amor?, ¿estás preparado para el gran Regreso? Este
gran Regreso, es en ti que debe obrar, y que opera en este mismo momento, en
cuanto me dejas obrar, y me dejas el espacio…
Este
espacio me corresponde, no creas que vengo a robarte lo que sea, pues más bien,
vengo a devolverte a ti mismo. Entonces es una gran oportunidad que te es
ofrecida, la de poder bailar de nuevo la farándula de la Vida en mi seno, en mi
Corazón, estando bien establecido en tu Templo.
¿Aprovecharás
esta oportunidad? Ésta que te pertenece en pleno derecho, pues, ¿cómo si no podrías reconocerte? ¿Cómo
podrías olvidarte más aún?, yo Soy el Rey
de Reyes, el Rey de tu Corazón, Soy El que Eres.
¿Nos
reconocerás finalmente como Esposo y Esposa y bien más allá de la forma y de
las contingencias, en nuestra Vacuidad eterna? Nuestra Unidad bien más allá de
toda unidad, porque el Amor no calcula…
Bien amado,
en este día también, vengo a pedirte tanto tu mano como tu Corazón…
Es la
hora. Es la hora de reconocerte, reconociendo la unión y la inseparabilidad de
nuestra Presencia, porque yo soy tú, y tú eres yo.
Entonces
olvida todos los subterfugios, supéralos, atrévete a superarlos porque estás
bien más allá de todo esto, de todas estas mentiras, de todas estas historias
que creíste y que se cuentan a los niños. No eres un niño, eres el Niño del
Cielo y de la Tierra. Eres el Amor, eres la Madre, eres el Padre. Eres la
ausencia de toda cosa, como de toda confusión…
Estas
ahí... Aquí mismo…
Reconócete.
Ven, te
tiendo mis brazos. Mi Corazón está abierto en grande para ti. Tú que eres mi
Esposo y Esposa. Tú que eres mi Niño…
Tú que
eres la caricia del viento, tú que eres el fuego que crepita en el hogar de mi
Corazón, tú que eres el Agua de mi Cielo, tú que eres la Tierra, la carne de mi
carne…
Eres mi
amado, mi amada... y espero pacientemente poder Reencontrarte plenamente…
Por
fin... En el Uno y más allá... Solo ahí…
Te amo
porque yo soy el Amor, te amo pues soy tú mismo.
¿Y tú me
amas? ¿Me amas más allá de ti mismo, más allá de tus ocupaciones, más allá de
la vida y de la muerte? ¿Amas el Amor más que a ti, tú en este traje de carne,
traje de un teatro, donde sin embargo estoy Presente?
Presencia…
El Amor Es lo que Eres…
¿Estás
dispuesto a morir a ti mismo, para realizar tu deseo ardiente de reencontrar
Aquel que siempre vivió en ti?
Niño,
Esposo, Esposa, ya es hora de Reencontrarnos…
Mano en
la mano, uno en el Uno y el uno en el otro, unidos y para siempre en la
Eternidad…
Entonces
en este día, vengo a preguntártelo.
Soy el
Camino, la Verdad y la Vida…
Prepárate
a recibirme, a verme brillar en vuestros cielos, como en vuestros Corazones,
porque el uno como el otro es sólo el reflejo de mi Presencia.
Vengo y
llamo a la puerta de tu Templo…
¿Estás
dispuesto para dejarme pasar?
¿Estás
dispuesto a desmayarte en el olvido para Renacer en la memoria de lo que Eres?
¿Estás
preparado para temblar frente a mi Esplendor, no de miedo, sino de vértigo
frente a tu propia Belleza? ¿Estás preparado? Presente en ti mismo, Presente en
el Instante.
Porque
nada es más importante que tú mismo, tú, no como individuo, sino tú, como
realidad del Amor… Aquel que no puede ser descrito, ni en vuestros libros de
Historia, ni en las religiones… Él es… y es todo lo que importa. Estoy y Tú
Estás más allá de toda palabra, de todo lenguaje y de toda forma. Nosotros
somos el Todo y la Nada, Somos en Verdad…
¡Te amo!
Escucha mi Llamada.
Escucha
nuestro Amor, lo vives, víbralo… fúndete en él porque no es más que otro tú, tu
propia Presencia…
Entonces
aquí, en el Infinito de nuestras presencias, acojo nuestros Esponsales. Unión
del Femenino y del Masculino confundidos… Nupcias última del Amor devuelto a si
mismo… Éxtasis de la Vida que se confunde en el Silencio.
Somos
Danza, somos Silencio, somos Trance más allá de todo sufrimiento.
Entonces
gocemos juntos de nuestra Naturaleza, de nuestra Verdad… y Unidad…
Ahora, te
pregunto: ¿vendrás?
¿Vendrás
a mí como Vengo a ti, llamando a tu puerta? Porque en tu Morada, Estoy…
Soy el
Camino, la Verdad y la Vida, y te saludo.
Bien amado,
hasta siempre y hasta muy pronto, en tu Cielo como en tu Tierra, en tu Fuego
como en tu Agua… ahí donde las Aguas de arriba y las Aguas de abajo se mezclan,
allí donde la Alegría de la Verdad brilla como un Sol radiante.
Este Sol
es tu Corazón, y este Sol es mi Corazón… y Nuestra Presencia …
Recibe
todo mi Amor, Niño bien amado, tú que eres mi Esposo y Esposa, y mucho más
allá, eres Aquel que Es.
Hasta muy
pronto.