Yo soy Hermano K. Hermanos y hermanas en humanidad, en la carne, tomemos algunos instantes de silencio y de comunión antes de que me exprese a continuación de Metatrón con el fin de darles, con mis palabras, yo diría, una línea directriz. Refiriéndose, desde luego, a elementos históricos, pero mucho más que eso, a la similitud de cada una de vuestras vidas en esos momentos históricos de vuestro pasado y de nuestro pasado sobre esta tierra. Comulguemos.
Hace muchos milenios, numerosas entidades han venido a aportar su testimonio sobre esta tierra. Por la verdad de su vivencia, mucho más que por su enseñanza por sí misma (puesto que las llamadas enseñanzas, generalmente, siempre han sido transformadas), pero volviendo al origen de estas historias, aunque diferentes, concerniendo a los seres, que ustedes llamaban Bodhisattvas, avatares, maestros, profetas, poco importa, numerosos han sido, tanto en Oriente como en Occidente, los que han venido a liberarles su palabra concerniendo los reinos que no son de este mundo y que sin embargo son mucho más importantes que todo lo que ustedes han tenido que vivir en este mundo.
Si ustedes observan, y si tienen el conocimiento de algunos de estos seres, a través de lo que se ha dicho de ellos o a través de vuestras experiencias personales, notarán que cualquiera sea la coloración, siempre ha habido la misma intensidad de Luz, incluso si las palabras no eran las mismas, concerniente a los reinos de la Luz, los reinos del más allá.
Numerosos son esos seres que los han invitado a imitarlos, a seguirlos no como seguirían a una persona sino más como seguir un modelo. Estos seres han mantenido, a su manera, esta conexión a la Fuente para el conjunto de la humanidad.
Este aporte y estos apoyos, hoy, ustedes lo han comprendido, no les son de ninguna utilidad. Porque hoy, es a cada uno de ustedes que le corresponde ser el profeta del Amor y de la Verdad, sin distinción de origen, sin distinción de edad, sin distinción de nivel. Donde estén, ahí donde estén tienen que testimoniar, tienen que sonreír, tienen que abrir, totalmente y sin condiciones la eternidad de vuestro corazón. Las señales que se acumulan, en cada una de vuestras vidas como sobre este mundo, están ahí para probarles que nada puede durar en lo efímero, con respecto a la Vida, con respecto al Amor.
Vuestro posicionamiento, y vuestro ajuste, va a desarrollarse de la manera más apacible que sea y la más natural que sea desde el instante donde consientan, desde el instante donde digan Sí, a Cristo, a Buda, a María, y sobre todo a ustedes mismos, en vuestra Eternidad. Desde ese momento, ningún sufrimiento, ninguna coacción, ningún límite de este mundo podrá nunca más afectar, de ninguna manera, lo que ustedes son.
Para eso, no hay nada que hacer, solo reconocer vuestra impotencia, y vuestra grandeza dentro de la humildad. De la misma manera que este cuerpo nace, crece y un día perece, de la misma manera se desarrolla la vida sobre este mundo y toda vida sobre este mundo.
La Luz es simple, el Amor es simple, no conoce ningún obstáculo, ningún lazo, ninguna subordinación como ningún apego. Ya que el Amor vuelve libre, y pone fin a toda organización, a toda estructura, a toda sumisión como a todo poder. Es esto que en un plano práctico va a vivirse, si ya no es el caso. En cualquier circunstancia de vuestra vida, desde la más grande de las alegrías como en el más grande de los sufrimientos, van a ser llamados a darse cuenta que nada de eso es durable y que nada de eso puede estar delante del Amor. No el amor que ustedes proyectan, no el amor que emanan, no el amor que piensan, no el amor que sienten, sino realmente el Amor que ustedes Son. Hay una diferencia fundamental entre amar y ser amado y sobre todo con el Amor que ustedes han nombrado incondicional, que no tiene necesidad de ninguna causa, de ninguna condición y de ninguna circunstancia para ser.
Están invitados pues, a depositar vuestras cargas a la acción de la Gracia. Están invitados cada semana a vivir esto de manera cada vez más intensa, de manera cada vez más fácil también, si ustedes lo aceptan.
El Amor no se conquista, el Amor no es una prueba ni una manifestación, es lo que Somos todos, lo que es toda Vida, cualquiera sea su forma, cualquiera sea su expresión. Dentro del átomo como dentro del más grande depredador, está la misma cantidad de Vida y de Amor, simplemente la expresión y la expansión de la consciencia no es la misma. Pero todo es UNO, en verdad.
Depositando vuestras cargas, incluso las que hoy pueden parecerles todavía afectar el Amor, les demuestra simplemente que vuestro posicionamiento frente al Amor no es totalmente el Amor. Ya que el Amor trasciende y borra todo sufrimiento, ya que el Amor que ustedes Son es capaz de disolver todas las oposiciones, todas las resistencias, todas las ilusiones.
Si consienten al Amor, en el principio que ustedes son eso, notarán muy rápido que nada, en este mundo, puede tener influencia sobre los Reinos de lo Alto.
Mi recordatorio es una vez más, hoy, un recordatorio a la evidencia, a la evidencia del Amor que ustedes Son, justamente, cuando ustedes no son nada, cuando vuestra voluntad propia es aniquilada, no para desaparecer en algún anonimato sino más bien para desaparecer en el Fuego del Amor, el de vuestra Eternidad. Ustedes han vivido un cierto número de experiencias, de manifestaciones, de sincronicidades; hoy hay que ir más lejos al centro de ustedes mismos, en un espacio donde ninguna circunstancia que vivan pueda afectar eso.
En ese sentido, el Cara a Cara se resuelve en una unión de los contrarios y de los opuestos si puedo decir, con el fin de vivir la Unidad. El despertar del Espíritu, total, el Fuego del alma como el Fuego del Espíritu están en ustedes y les dan a vivir en este período, desde el instante donde estén reunidos en Su nombre, lo nombren Cristo, Bodhisattva, maestro, profeta, poco importa. Esas solo son denominaciones que traducen, de alguna manera, el travestismo del propio velo de la consciencia del que observa. El que es libre en este mundo no ve ningún matiz en la Eternidad entre Cristo, Buda, Bodhisattva o todo otro profeta o Hijo del Uno revelado a sí mismo manifestándose en este mundo.
Reconocer esto no en el pensamiento, sino más bien como una realidad esencial vivida, los conduce a este último ajuste. El impulso Metatrónico, el conjunto de las claves Metatrónicas a una octava superior de lo que había sido realizado hasta el presente les permitirá durante las siete semanas por venir de vuestro tiempo, comprender esto, vivirlo. Si hay que hablar de manifestación dentro de la consciencia, de la energía y de la vibración, eso solo puede darse por la reunificación, como eso ha sido dicho, de la Onda de vida, del Espíritu Santo, de la radiación de la Fuente y de la radiación del Ultravioleta dentro de vuestro Templo interior.
Más allá de todas las manifestaciones sobrevinientes en este lugar, el fin del Cara a Cara y la proximidad del Cristo, se traduce por la fusión de vuestro Canal Marial con vuestro cuerpo de carne, poniendo fin a los últimos velos, a las últimas separaciones.
Pueden favorecer esto: los encuentros con Metatrón son uno, la humildad es la más segura. Tengan la humildad de reconocer no ser nada en este mundo estando plenamente en este mundo, en cada mirada, en cada pensamiento, en cada gesto que emitan para con ustedes mismos y para con cada uno de ustedes.
La fusión del Canal Marial, perceptible en vuestra carne, la presencia a veces dolorosa de la Puerta Ki-Ris-Ti en vuestra espalda y el impulso Metatrónico, van a permitirles encontrar cada vez más los reinos de la Eternidad, no solamente para pesar los pro y los contra de la Eternidad con respecto a lo efímero sino más bien para aportarles la certeza, traducible por una Alegría y una Paz que yo calificaría de inextinguible, inconmensurable, contagiosa, ganando progresivamente el conjunto de la humanidad.
Ahí está vuestro único recurso, frente a la disolución de este mundo. Los elementos visibles de este mundo, desde hoy, cualquiera sea el lugar donde ustedes estén en la superficie de este mundo van a tomar una importancia y una intensidad sin precedentes. Vuestro único recurso es lo que ustedes son al interior y en nuestra fusión, y en nuestras comuniones. La única fuerza más grande que la disolución de este mundo es justamente el Amor. Porque es el Amor que disuelve lo que está corrupto, lo que está alterado. Esto les aparecerá cada vez más claramente, cada vez más con insistencia. Durante esos momentos, no recaigan en ningún caso en el juicio de ustedes mismos o del otro, o de las circunstancias de este mundo sino entren cada vez más en ustedes mismos, entren cada vez más en la evidencia y en la Vida, ya que es la única puerta de salida que los colmará y que los llevará a lo que ustedes ya han experimentado, pero no como simple experiencia sino como un estado definitivo que no depende más de ninguna circunstancia de este mundo y de esta vida.
Estamos ahí con ustedes, el conjunto de hermanos y hermanas encarnados, sin importar lo que les lleve, una flor o un fusil, no tiene otro objetivo, en definitiva y detrás de las apariencias de llevarlos al Amor, de una manera o de otra.
Esta invitación a la interioridad va a hacerse cada vez más urgente porque a medida de vuestras vivencias y de vuestras experiencias, constatarán por ustedes mismos que el único recurso útil y eficaz es el Amor. Ninguna otra fuerza, aún el conocimiento más brillante, la historia más intensa, el pasado más memorable o el porvenir más fantástico pesarán nada, estrictamente nada, delante de la Eternidad del Amor. Esto no es para adoptar como un principio o como una idea sino para vivir, y van a vivirlo, si ya no es el caso. Pero recuerden que cualquiera sea la intensidad, en el dolor o en la Alegría expresable por una emoción humana, solo son las herramientas que los llevan al Amor incondicional, total y Absoluto.
Sin duda, en los últimos momentos el Cristo mismo y muchos otros detrás de él, o delante de él, perseguidos, por su luz, que es la del Padre, pueden al último momento expresar lo que ha expresado el Cristo sobre la Cruz. Cuando ustedes lleguen a ese momento de vuestra vida, entonces para ustedes todo será liberado. Recuerden que ninguna parcela de vuestra inteligencia, ninguna parcela de lo que les sirve en este mundo les será de ninguna utilidad para realizar eso.
Cristo decía: “Nadie puede penetrar el Reino de los Cielos si no se vuelve como un niño”. Ninguna de vuestras propiedades, ninguna de vuestras reglas en este mundo, muy lógicas para vivir en este mundo podrá tenerse más, de cualquier manera que sea, frente a la evidencia del Amor. Es en este sentido que todo lo que se les ha dicho por diversas voces, durante el período que se ha abierto desde algunas semanas, van todas en el mismo sentido.
Dicho en términos muy simples: suelten. Suelten todo no quiere decir por eso desviarse de la vida sino por el contrario aceptar la Vida, dejar que la Vida los conduzca antes que conducir vuestra vida, con el mismo humor, sin juicio, sin emociones. Acepten eso y la magnificencia del Cristo les será revelada en totalidad.
El abandono a la Gracia como decía Metatrón es mucho más que el abandono a la Luz. Es aceptar que el Amor y la Vida los conduzcan y que no son más ustedes los que conducen vuestra vida y el Amor como ustedes lo anhelan, como lo desean, sino que ustedes se borran delante de la majestad del Amor incondicional, yendo a vuestras ocupaciones, yendo a vuestras obligaciones, pero el corazón ligero, desapegado de todo condicionamiento, de toda suposición, de todo juicio. Ahí está el Amor Verdadero, todo el resto no es Amor, o en todo caso un amor condicionado por vuestras experiencias, vuestras creencias, vuestros deseos. Ese amor, que era un sustituto del Amor, no tiene más lugar. Porque el Amor está aquí en abundancia, incluso si las circunstancias de vuestro cuerpo, de vuestra vida o de este mundo, podría darles a pensar lo contrario. Pero si ustedes piensan eso, yo les preguntaría entonces quién se expresa, el ego o la Eternidad. Y verán cada vez más claramente la diferencia entre los dos. En ustedes, como al exterior de ustedes.
Cuídense bien de todo juicio ya que el Cristo había dicho: “En la medida con la cual ustedes juzgan, serán juzgados”. Yo añadiría incluso: “En la medida con la cual ustedes juzgan, ustedes se juzgarán a sí mismos”. El Amor no tiene necesidad de ningún juicio, de ninguna comparación, de ninguna manifestación, de ningún condicionamiento. Es esta evidencia de la Gracia a la cual ustedes están convidados. Llámennos, vengan a nosotros, estamos aquí para eso, ustedes están aquí para eso.
En cuanto las cosas se compliquen, no están más en el Amor. Vayan hacia lo simple, cualquiera sea la dosis de Alegría o la dosis de sufrimiento aparente. El Amor está ahí, sin cerrojo por las Claves Metatrónicas y por el regreso de El que viene, anunciado por vuestros cielos y por vuestra tierra, igual que por nuestras presencias multidimensionales, como físicas por otra parte, ahora ante ustedes.
Si les gusta observar las manifestaciones vibrales, observen sobre todo la presencia o la ausencia de vuestro Canal Marial, la distancia de este Canal Marial con respecto a vuestro límite corporal ya que más se aproxima, ustedes están más cerca del Amor incondicional y más cerca del regreso.
Mis palabras se detendrán acá, no llaman a otras palabras, ni a otros comentarios. Permítanme de nuevo hacer silencio, rendir Gracia a vuestra presencia aquí y en otro lugar como en todas partes. Comulguemos pues en el silencio. Les digo en cuanto a mí, hasta siempre, en nuestra Eternidad común. Ustedes son Amor, el resto no lo es más que de manera efímera. Incluso si las manifestaciones son persistentes y dolorosas, no tienen ningún sentido frente al Amor.
Yo soy Hermano K, comulguemos juntos en el silencio de la Gracia. Los saludo.